Creo que si hay algo que une a los diferentes personajes, protagonistas y secundarios, de Toscana para dos es que sufren una crisis personal o una crisis de identidad. Y éste el punto principal del que parte la novela.

Isabel Favor es una psicóloga cuya vida ha sufrido un vuelco repentino, de ser una profesional de éxito y gozar de una envidiable posición social y económica, pasa a quedar prácticamente arruinada tras sufrir un fraude. A nivel personal, su prometido la abandona por otra mujer. Con la intención de poner tierra de por medio y recuperar la estabilidad emocional, Isabel viaja a Italia, concretamente a Toscana.

Allí conoce a Lorenzo Gage, al que en un primer momento, tras un encuentro de una noche con él, confunde con un gigoló. Lorenzo Gage es un actor de Hollywood, conocido por sus papeles de malvado, asesino y violador, y que, al igual que Isabel, también está pasando por un momento personal que le lleva a replantearse su vida y a sí mismo.

Los secundarios, Tracy y Harry Briggs, que sufren una crisis matrimonial también se encuentran en un momento de sus vidas y de su matrimonio un tanto complicado.

Así que, prácticamente, todos los personajes de la novela están en mitad de un momento un tanto caótico de sus vidas, que es lo que los une a todos, además de encontrarse en la región de la Toscana.

Aunque Toscana para dos no es una de mis novelas preferidas de Susan Elizabeth Phillips, es una novela que recordaba como original y refrescante.

Tras una nueva lectura, confieso que me ha gustado mucho más que la primera vez que la leí, aunque en mi opinión el final es el punto más flojo de la historia y el que hace que mi valoración no sea más alta.

Pero, en líneas generales, es una novela diferente, atípica y con esos rasgos tan característicos de SEP.