Elizabeth es una mujer con una misión, que la cojan en el mejor bufete de abogados de la ciudad, y no va a dejar que nada obstaculice su objetivo, ni siquiera el choque de su honda choca contra un Mclaren del que sale un hombre de los pijo e estirado. Es una mujer fuerte a la que la vida le dio un gran revés, su pasión es el teatro y tiene un gran sentido de la moralidad y la justicia (Cosa graciosa porque llega a esa entrevista a través de una gran mentira)

Damien Carter es el mejor abogado de la ciudad, famoso por no perder ni un solo juicio, solo tiene un, pero, le gusta trabajar solo, así que cuando su socio Andrew, le adosa a esa niña que encima de mentirosa le pone como una moto, su objetivo será destrozarla desde dentro, ahogarla en burocracia y hacer que ella misma se vaya. Es arrogante hasta la saciedad, (lo que le va genial al personaje y que no podría ser de otra manera), pero aunque no lo parezca tiene escrúpulos y un gran corazón, lo malo es que esta tan escondido que a veces se olvida de él.

Los personajes tanto principales como secundarios están bien perfilados, pero me ha faltado algo. Franck me ha parecido un idiota, pero su salida de escena ha sido abrupta, así como los padres de Elizabeth, como son, que relación tienen con su hija, me ha parecido en plan pegote, los pongo por poner algo, no me han aportado nada.

Básicamente en un enemist olover, de manual, el objetivo de cada uno de ellos es claro, la destrucción del otro, pero claro tenemos el pequeño problema de la atracción que sienten el uno por el otro.

A lo largo de sus 237 páginas, con capítulos que se Irán alternando entre nuestros protagonistas, con diálogos rápidos y que te sacarán más de una sonrisa, la trama irá virando entre la relación entre Elizabeth y Damien, e los casos que se van presentado, a través de los cuales iremos conociendo más a nuestros protagonistas y sus morales, en sobre todo enseñará a Ellizabeth que por mucho que ella crea que todo es blanco o negro, al final siempre se decantará por el gris

En definitiva, es un libro que se lee en un ratito, es cortito y la pluma de Whitney es adictiva, ideal para llevártelo a la piscina o la playa, pero como he dicho antes me ha faltado conexión, a veces me daba la sensación de que faltaban páginas, como pasamos del punto A al B, o simplemente son relleno por poner algo, pero a la vez nos olvidamos de acabar de perfilar ciertos aspectos que en mi opinión hubiera hecho de esta historia un gran libro.