Un plan catastrófico es una comedia romántica escrita por Raquel Antunez que demuestra la importancia de la convivencia para conocer realmente a una persona y cómo estos tienen que ser muy diferentes de nosotros si queremos ser felices. Hay muchos malentendidos y moralejas, como por ejemplo que aviséis antes de llamar. Que luego en su casa... Cada uno hace lo que quiere.
Pero junto a ello, bajo el amparo de la comedia se pone de relieve la difícil situación de la vivienda y cómo no nos da la vida y el suelo para independizarnos. Así como la dificultad para hallar trabajo.
Pero hay mucho amor, por los animales. Y el lindo gatito friki se hace querer y demuestra que todos tenemos derecho a ser amados. Porque la belleza es subjetiva. Además de que el modo en que cuidemos de nuestras mascotas dice mucho de nosotros.
Ha jugado muy bien con los amores entre familiares y amigos porque las dos demonias son las que organizan todo el tinglado para Luci y Dani. Además de así, recordar lo fundamental que es la unión y la sororidad entre mujeres y no la separación o las comparativas.
Junto a ello recuerda que a veces somos tóxicos pensando en lo mejor para los demás. Por eso, la clave es el respeto a la individualidad de padres hacia sus hijos.
También recuerda que en más de un caso, los amigos pueden dar pie a ser algo más. Pero que el miedo a sentir y sobre todo, a la pérdida, provoca que no salgamos de la zona de confort. Y sobrevivimos más que vivamos. Pero hay que ser valientes porque el y si... Puede ser una certeza de Felicidad. Así lo demuestran Berto y Miriam. Que no hay más ciego que quien no quiere ver.
Me ha encantado el maravilloso homenaje a las palabras, poniendo de relieve que preferimos desnudar el cuerpo a la mente. Y sobre todo el alegato a favor de la literatura romántica y er0tik4 como género de igual calidad a otros. Y consumida por hombres. Subrayando así el problema de la masculinidad frágil que suele haber en nuestra sociedad.
Hay también Una historia de amor romántico tranquila y precipitada en lo que a pasos se refiere. Pero no hay tiempos para el amor. Poniendo así el foco en todas las relaciones de nuestras vidas son importantes. Y por tanto, no hay que compararlas con las otras. Pero sobre todo, que las segundas oportunidades se conceden si hay voluntad de cambio, que Uriel es un lobo con piel de cordero que demuestra que las apariencias a veces engañan para mal. Y que los soncos son los peores. No los vemos venir. Por último, destaco el alegato a favor de la comunicación incluso en la convivencia porque, al no hacerlo aparece la duda y la desconfianza, desnivelado así la pareja y convirtiendo un hogar en un infierno del que huir. Cuando al contrario, para ser felices lo que tenemos que hacer es encontrar a aquella persona que nos haga sentir en casa.
Siempre.
Eso jamás será un plan catastrófico.