Primera entrega de una trilogía ambientada en la guerra de Secesión y protagonizada por Jesse Cameron.

En esta entrega, Jesse Cameron y Kierman, una hermosa y rica joven sureña, se aman apasionadamente, pero al estar en bandos opuestos se convertirán en enemigos irreconciliables. Sin embargo, un año más tarde, Jesse, que lucha en el bando yankee como capitán médico, instalará su hospital de campaña en la mansión de Kierman, que acaba de enviudar.

Me ha encantado esta novela, al más puro estilo clásico de la novela romántica. Una novela de las de antes, de las que pocas se hacen hoy en día. Con una buena trama, muy buena ambientación histórica y unos personajes cautivadores. Ese aire a Lo que el viento se llevó me ha entusiasmado, aunque tiene una trama muchísimo más simple. Lo que el viento se llevó es un clásico universal y no se puede comparar con este libro.

He leído comentarios en los que se decía que la novela tiene demasiada documentación histórica. A mí particularmente no se me ha hecho pesada, por el contrario, he agradecido mucho esta buena ambientación ya que estoy algo cansada de novelas edulcoradas y sin sustancia. Esta novela me ha llenado tanto por la historia de amor como por lo que he aprendido sobre la Guerra Civil Americana. Creo que esta gran ambientación hace posible que comprendas los sentimientos encontrados de sus protagosnistas.

Lo que menos me ha gustado es la cabezonería de Kiernan, excesiva en algunos momentos y llevada al extremo para darle un poco de consistencia a la sencilla historia de amor.

Lo que más me ha gustado es el amor incondicional de Jesse, por encima de guerras, tiempo, y de cualquier obstáculo que se le presente. Jesse ama a Kiernan y se lo demuestra en cada página de la novela. Le da igual que sean de bandos opuestos y es capaz de todo por ella.

Puntúo este libro con el máximo, 5 estrellas.