Una novela apasionante y llena de aventuras. Es como estar viendo una película clásica de aventuras, donde la acción sin cesar se entremezcla hábilmente con la perfecta ambientación histórica y unos personajes inolvidables.

Una narración impecable y sin embargo sencilla. Esta autora tiene el don de “introducir” datos históricos sin darte cuenta y sin resultar pesado. Incluso con los mismos diálogos entre los personajes te va relatando todos los datos históricos que necesita contar para poder ambientar la novela y darle forma.

No es una novela romántica al uso. Creo que es un libro que muchas lectoras de este género pueden considerar que es más histórica que romántica.

Personalmente, me ha impactado la naturalidad con la que van sucediendo los acontecimientos con una aventura tras otra. Es un no parar.

La historia de amor es preciosa y ver cómo se van enamorando, esas miradas, y esa anticipación por leer el primer y esperado beso, o la primera vez que están juntos. Un amor precioso que va surgiendo poco a poco, y que se hace esperar dejándote con la miel en los labios y una tremenda expectación, como a mí me gusta.

La verdad es que los dos protagonistas son inolvidables, los dos me han encantado. Gabriel me ha enamorado, y echaba mucho de menos un protagonista así en una novela romántica: perfectamente imperfecto. Valiente, caballeroso, idealista, honorable, sensible y letal defendiendo a los que quiere. No es el típico noble estirado, no, es un pobre diablo que se gana la vida luchando como puede.

Me ha encantado que al final, en esta novela sí que gana el amor por encima de todo. Y cuando digo todo, me refiero a todo, todo.

Una historia de caballeros, de monjes, de templarios, de intrigas palaciegas, secretos, de luchas con espadas. Es un libro que los amantes de la buena literatura y de las novelas de aventura y amor sé que disfrutarán igual que yo.

Me ha encantado, lo recomiendo.