Peregrine oculta bajo su inmenso atractivo, sus impecables maneras y su gran exotismo un deseo de venganza más fuerte que cualquier otro sentimiento que experimenta contra Charles Weldon, el hombre que siendo él un niño lo maltrató de la peor manera posible. Ahora ya es un hombre y ha vuelto decidido a destruir al hombre que casi lo destruyó a él y el primer paso es seducir y robarle a su prometida la dulce Sarah.

Sarah es una dama, una dama en sus maneras y en sus sentimientos, una mujer dulce pero de fuertes convicciones y profundamente humana que se ve envuelta en la red de seducción que Peregrine traza alrededor de ella hasta que sucede lo inevitable y son descubiertos, objetivo que pretendía Peregrine (Mikhal).

Pero la venganza de él no acaba ahí, ese es solo el primer paso aunque entonces ocurre algo que le hace plantearse sus objetivos: se enamora profundamente de su esposa y cuando esta descubre los verdaderos motivos que impulsan a Peregrine decide abandonarlo, no por despecho sino por el dolor que le causa ver la rabia ciega que impulsa al hombre que ama.

Peregrine deberá elegir entre continuar con su venganza o recuperar a la mujer que ama.

La historia del protagonista es bastante cruda y dura y a lo largo de la novela se nos muestran hechos que pueden ponernos la piel de gallina.
El personaje de Sarah es una maravilla, una mujer admirable que os caerá bien en seguida y él...bueno, él no es lo que parece y tendremos más de una sorpresilla.

La historia como ya he dicho es cruda pero algo atípica y muy bonita; la trama de venganzas es bastante entretenida y los personajes secundarios son complejos y están muy bien elaborados.

Mi valoración es muy buena.

Después de muchos años he vuelto a leer a esta autora que tanto me cautivó por aquel entonces. He preferido comenzar releyendo poco a poco sus primeras publicaciones porque me resultan más atractivas que la última, la serie lord perdidos, de la que tengo algún libro pendiente y no entiendo por qué se me resiste. Ya lo averiguaré cuando me ponga de hecho a leerla.

Pues sí, me reafirmo con la lectura de este libro u su autora, entre lo mejor de la romántica y muy, muy, muy por encima de la media. Si algo me gusta de Mary Jo Putney es la capacidad que posee para que, a través de su excelente narrativa, haga creíbles el desarrollo de los argumentos, sus protagonistas y secundarios, todo muy bien moldeado y con la sensación de no haber notado situaciones forzadas.

Este libro en concreto, del que no me acordaba nada de nada, todo me ha parecido maravilloso y con un estupendo desarrollo, porque además tiene el añadido de la profundidad en sus protagonistas, como acostumbra la autora.

Es una historia con un fondo sórdido que no decae en ningún momento, sus protagonistas tienen una personalidad tan distinta y con tantas barreras y principios por salvar para que su amor llegue a buen puerto que me han encantado de principio a fin. Y el desenlace, qué decir... no me los esperaba en ese sentido, definitivamente, redondo, muy bien resuelto.

Esta es la coctelera que me gusta encontrar en una novela romántica cuando leo género romántico histórico... del bueno, del que no ofende la inteligencia del lector.

Las editoriales deberían tomar nota y seguir publicando a esta autora o reeditar sus libros más antiguos para dar la oportunidad a l@s lectores noveles de conocerla en su salsa.

Magnífica historia.

Este libro, primero de la "Trilogía de la Seda", me ha gustado desde el principio hasta el fin. Desde "Seductora Inocencia" no había leído un libro que me enganchara tanto y en el que los personajes fueran tan fuertes y la historia tan envolvente, por lo que según mi punto de vista es altamente recomendable.

Del argumento puedo decir lo básico, Mikhal Khaurani, el príncipe Peregrino, viaja a Londres desde su remoto país de Asia con una sola idea en la mente: venganza. Y además tiene muy claro cómo va a hacerlo. El blanco de su vendetta es Charles Weldon, aunque los motivos no se saben hasta casi el final del libro y eso forma parte de la intriga que se teje alrededor de los personajes.

Para conseguir su objetivo quiere hacer caer a este respetable miembro de la sociedad y arrebatarle todo lo que le es querido o apreciado, desde dejarlo en la ruina a quitarle a su prometida.

Para ello, Peregrino cuenta con la ayuda de su amigo Ross Carlisle (este me lo pido yo...es el prota del siguiente), que le introducirá en la alta sociedad, y además es primo hermano de Sara, la prometida de Charles, lo cual le viene que ni pintado.

Mikhal, desde el principio se siente muy atraído por Sara y su personalidad, y ella no puede menos que sucumbir a la atrayente personalidad de este oscuro personaje, aunque son tan diferentes como la noche y el día. Si bien él se rige por el principio de "El fin justifica los medios", para ella lo más importante es hacer el bien siempre, como le hace ver Ross a Mikhal con una norma que no tiene desperdicio, vamos, para memorizar.

No solo la trama es, como dice el mismo Mikhal, una tela de araña perfectamente tejida, sino que los personajes secundarios son tan atrayentes como los principales. Desde Ross, el amigo incondicional, pasando por el abogado Benjamin Slade, Jenny que es un personaje encantador y su historia me ha llegado al corazón... por no hablar del malo malísimo, Charles Weldon, perfectamente retratado.

Aviso que no es un libro con grandes dosis de humor, sino más bien un poco duro por los temas que trata, la venganza, los antros de prostitución, etc y sus personajes son tan fuertes que a veces parece que todo va a estallar en pedazos...hasta que estalla y Mikhal tiene que sopesar qué vale más, si la venganza que ha buscado toda la vida u otras cosas de las que carecía hasta entonces y por ese motivo no había podido valorar.

En fin, un libro precioso, ojalá os guste tanto como a mí... de momento ya me estoy mordiendo las uñas esperando leer el siguiente de la trilogía!!