Caroline Trent tiene que escapar de la casa donde vive luego de enfrentarse a Percy, el hijo de sus tutores, quien intenta propasarse con ella para comprometerla, a partir de lo cual se desencadenarán una serie de sucesos que la llevarán hasta Blake Ravenscroft, quien la confunde con una espía y la secuestra.

A partir de ahí, desarrollan una relación intensa, que inicialmente parte con una especie de enemistad y luego da paso a una súbita atracción y a una serie de encuentros y desencuentros.

Debo decir que como lector recurrente de Julia Quinn, en general la novela me ha gustado, aunque considero que no llega a ser de las mejores de la autora. Es ligera, divertida, con momentos cumbre muy buenos y el estilo inconfundible de Julia, pero siento que algo me ha faltado en el desarrollo del romance... quizás si hubiera ido más despacio en algunos momentos o hubiera alcanzado más profundidad.

Sin embargo, he disfrutado mucho de su lectura, me he reído y obtenido lo que suelo encontrar en los libros de la autora en general.

Caroline es un personaje femenino muy bueno. Me ha encantado su forma de afrontar las adversidades de su vida, con entereza, buen humor y una capacidad de adaptación impresionante.

Y Blake es un personaje que me gustó mucho, aunque hubiera aprovechado más todo su arco para profundizar aún más en sus sombras y todo su dolor.

La dinámica entre ambos es tirante inicialmente, para luego dar paso a un anhelo que trasciende el libro hasta que ya termina por explotar toda la pasión y el romance que buscamos.

Me ha encantado James como personaje secundario. Leerlo aquí me dejó con muchas ganas de leer su libro. Amé cuando pone a Blake contra la pared para que se decida, y me gustó el desarrollo de su amistad con Caroline.

En síntesis, disfruté bastante del libro, pero siento que podría haber obtenido un poco más del desarrollo de la trama y del romance.