Leam Blackwood ha trabajado durante años como uno de los agentes del club Falcon, una sociedad secreta que se dedica a encontrar a personas desaparecidas pertenecientes a la realeza.
Pero Leam está hastiado de esa vida, desea abandonar el club para regresar a su Escocia natal y hacerse cargo de su condado; también para estar junto a su hijo Jamie, al que apenas ha visto en los cinco años de vida del pequeño.
Antes de abandonar el club ha accedido a colaborar en una última misión: la de desenmascarar a un traidor.
Cuando se detiene en una posada, junto a Wyn Yale, otro miembro del club Falcon. La nieve les impide abandonar el lugar y les obliga a permanecer allí varias semanas. Durante su estancia coincide con otra huésped, la señorita Kathryn Savege. En realidad esa no es la primera vez que se ven, pues tres años atrás se cruzaron en un baile. Aquel encuentro marcó a ambos, especialmente a Kitty.

Decidida a alejarse una temporada de Londres y del papel que ha jugado en un escándalo reciente, Kitty huye a Shrosphire junto a su amiga Lady Emily Vale que, a su vez, huye de un pretendiente indeseado.
Pese a ser hija del difunto Conde Savege, Kitty es casi una paria social y no es sólo a causa de su intervención en destapar un escándalo de traición, sino que su reputación quedó hecha trizas años atrás a causa de Lambert Poole. A punto de cumplir los veintiséis años, Kitty se ha resignado a la soltería.
Durante años el odio y el deseo de venganza han guiado sus pasos hasta que una noche, en un baile, un encuentro con el burdo Conde de Blackwood le hizo abrir los ojos y recapacitar.
Cuando se reencuentra con él en la posada se da cuenta que siente atracción por él, de igual modo que el escocés tampoco parece inmune a sus encantos. Poco a poco comienza a nacer una amistad entre ellos que lleva a que, necesitado, Leam -o más bien el club Falcon- acuda a Kitty para que ayudar en su última misión.

A estas alturas, tal vez sea difícil encontrar una novela que cuente una historia que sorprenda. Puede que, en algunos aspectos, Cuando un hombre se enamora tampoco lo haga. No obstante, tengo que decir que a mí me ha hecho disfrutar enormemente y he pasado un buen rato. No pasará a ser una novela de mis novelas favoritas, pero me ha intrigado desde la primera página y, lo más importante, lo ha hecho hasta el punto que quiero seguir leyendo esta saga.

Las novelas de espías y de intriga siempre me han gustado y Cuando un hombre se enamora es una de ellas. Además, cuenta con una pareja protagonista atractiva, con carácter y, por increíble que parezca, original.

Leam Blackwood es un atezado espía. Durante los últimos cinco años, tras enviudar, ha sido uno de los agentes del club Falcon. No desea volver a casarse, la experiencia lo dejó marcado de por vida y en el espionaje encontró una válvula de escape a sus angustias y remordimientos.
Pero cuando está en medio de la que será su última misión se reencuentra con la bonita Kitty Savege, una mujer que en muchos aspectos es su igual y que, al final, le hace replantearse muchas cosas.

Kitty nació en el seno de una familia noble, pero siendo muy jovencita cayó en las garras de un hombre que la arruinó y, más que eso, la marcó como mujer. Sin ser espía hace las veces de una cuando, durante años, reunió las pruebas e información comprometida, que supuso la ruina social del crápula que la arruinó a ella. Su trabajo "de espía" no pasó desapercibido para el club Falcon que, ahora, requiere de su colaboración para una misión.

Kitty accede, aun cuando eso la obliga a estar cerca de Leam Blackwood, el único hombre que ha despertado en ella su feminidad durante años. Pero cuando descubre que el burdo escocés no es como en realidad aparenta ser...

Con todos estos elementos Katharine Ashe nos adentra en el club Falcon. De la mano de Leam Blackwood y de Kitty entreteje una entretenida historia llena de secretos, por supuesto amor, y alguna que otra sorpresa.
Lo cierto es que la novela me ha enganchado desde el principio.
A pesar de que de entrada pudiera parecer una novela más sobre un club secreto de espías para la Corona, a medida que avanzaba la lectura me he encontrado con unos personajes fascinantes, un misterio que incita a seguir leyendo y, cómo no, una historia de amor bonita y conmovedora.

De todos los personajes que aparecen en Cuando un hombre se enamora tengo que destacar a Kitty. Es, sin duda, el más me ha gustado. Es una de esas novelas en que más que enamorarte del protagonista masculino, he sentido admiración por la heroína.
Desde el primer momento conocemos su pasado con Poole y qué hizo para vengarse. Poco a poco descubrimos a una mujer fuerte y valiente que no cae ni en la amargura ni en ser una persona pusilánime y sin carácter.
En algunos aspectos se nos presenta como una mujer moderna para su época o, más bien, como alguien que se adapta y renace ante los sinsabores de la vida.
Y Leam Blackwood es un hombre más misterioso de lo que en principio parece, con secretos que se van desvelando -y que a mí me han mantenido pegada al libro- y que propician que el ritmo y las sorpresas no decaiga.

Creo que Cuando un hombre se enamora es una buena novela. Con un club secreto de espías al servicio de la Corona, un traidor a desenmascarar, un secreto largamente callado y con unos pasados difíciles, da lugar a una bonita y entretenida historia. Estoy deseando conocer las historias del resto de agentes del club Falcon.

Valoración: Buena