Éste es el segundo libro que leo de la autora, y me ha gustado tanto o más que el primero. Pilar Cabero tiene una forma muy particular de escribir, y eso lo notas cuando estás leyendo sus libros. Es verdad que el libro tiene más de una situación que hemos leído más de una vez en otros libros, y que cuando lo estaba leyendo pensaba que ya lo había leído y no me acordaba. Pero no, sólo era que muchas de las situaciones ya las he "leído" en otros libros.

Aun así a mí me ha gustado bastante y lo he disfrutado mientras me ha durado su lectura. Los personajes principales se complementan a la perfección, y aunque los dos son cabezotas a más no poder, al final se terminan dando cuenta de sus errores y saben reaccionar para evitar el sufrimiento.

Los personajes secundarios también me han gustado mucho, sobre todo los acompañantes de Gaston y Émilie, con los que me he reído bastante. Si tuviera que ponerle un pero a la autora, es que cuando el libro termina, te quedas sin saber nada del hombre que "perseguía" a Gaston, se esfuma sin saber cómo acaba todo el asunto que le concierne.

Un libro entretenido para pasar una tarde estupenda, pero con algunos pequeños cabos sueltos, y con más de una escena más que conocida. Aun así es un libro bastante bien desarrollado y que refleja la época y todo lo referente al Camino de Santiago de una forma bastante buena para imaginarte allí mismo...

Esta es la tercera novela que me leo de Pilar (las tres históricas) y me lo he pasado muy bien con ella. No es que sea una historia novedosa, la verdad. Ya que una mujer considerada ya "talludita" para bodas obligada a elegir entre casarse o meterse a un convento, es algo ya visto otras veces. Lo mismo que el soldado herido y algo gruñón, con ansias de sentar cabeza que se encarga de llevar a la novia sana y salva al destino.

Pero, ¿qué es lo que me ha gustado de la novela? Pilar tiene una forma de narrar pausada y a la vez con ritmo, que te mete dentro de la acción. Además hace que te imagines con gran facilidad a los personajes en cada una de las situaciones y con cada uno de los sentimientos que les mueven en cada momento. Son dos personas de un gran carácter que luchan por un fin concreto, la felicidad. Uno sabe que está en la recompensa tras un trabajo cumplido y la otra en escapar de un destino impuesto.
Los momentos entre ambos son unas veces de peleas, otras intensos, luego cómicos y otras cómplices. La relación crece paso a paso bajo la propia incredulidad de los personajes que hacen todo lo posible por mantener sus sentimientos a raya. Él no puede creer que "su alteza", como la llama, se esté apoderando de su corazón. Y ella hace todo lo posible por que sus pensamientos no viajen a aquella tarde años atrás cuando le sorprendió "retozando" con una mujer y pudo contemplarle en todo su esplendor (desde ese momento ocupa muchas de sus noches).

La intimidad se hace mayor cuando debido a un incidente han de quedarse solos y recorrer a pie mucho trecho hasta encontrar a parte del grupo que iba con ellos. Es entonces cuando comienzan a centrarse más el uno en el otro.

Pero sí que veo un problema a la novela. Y no es un problema menor, ya que hace que no sea una novela redonda. Siento que algunas cosas las he leído ya. El protagonista herido en la pierna o la relación tan estrecha de este con el caballo que dará más de una sorpresa (ya utilizada alguna que otra vez). Por decir algunas.

Creo que esos puntos comunes le hacen un flaco favor que son salvados gracias a la manera de narrar de Pilar que garantiza una tarde de entretenida lectura con unos personajes que a mi me han encantado y con los que me quedo un poquito más (por lo menos hasta que me decida por otra lectura).

Encantada de recomendar la novela. Mi valoración en 4/5