Tercera y última entrega de la serie. He tardado unos cuantos meses en leerme este libro y no sé por qué diablos (nunca mejor dicho) no lo he hecho antes. Este ha sido el que más me ha gustado de los tres, sin atisbo de duda.

Ya he dicho en mis opiniones sobre otras novelas de Joanna Shupe que esta autora siempre crea personajes nada estereotipados con mucha personalidad. En este caso ha vuelto a hacerlo. Es su sello inconfundible. Sin embargo, en mi opinión, le ha salido mejor la jugada en El diablo en Manhattan que en la segunda novela de la serie, ya que en la anterior me pareció que la protagonista femenina fue excesiva en algunas situaciones. En esta última historia a la escritora le ha quedado todo impecable, siempre desde mi punto de vista.

Empezando por un fabuloso protagonista como lo es Jack, del que me he enamorado perdidamente y sin remedio, continuando con un argumento que me ha atrapado de principio a fin y terminando con la extraordinaria forma de narrar que tiene Shupe y que cada vez me gusta más. Sólo pido que por favor sigan traduciendo más novelas de esta autora que se está convirtiendo en una de mis preferidas.

En verdad hacía mucho tiempo que un protagonista de novela no se colaba tan hondo en mi corazón, pero Jack ha sido un maravilloso regalo para mí. Criado en los bajos fondos, ha sufrido lo incontable para llegar hasta donde está y para convertirse en un hombre temido por todos. ¡Y qué hombre! Duro, inteligente e imperturbable. Un tipo en apariencia frío, pero que cuando ama lo hace entregándose por completo.

La pequeña de las hermanas, Justine, ha estado a la altura de este gran protagonista y no se ha quedado atrás. Con su fachada de dulzura e inocencia, es mucho más de lo que parece. En efecto, tiene un corazón bondadoso, pero también demuestra ser una mujer fuerte y decidida.

Pese a que Jack y Justine son totalmente opuestos, juntos se complementan a la perfección. Su historia de amor es de esas que no se olvidan fácilmente.

Buena ambientación, narración que engancha, diálogos ingeniosos y maravillosos personajes.

Esta novela está repleta de momentos inolvidables, cargados de pasión, con escenas de alto voltaje de las que te dejan el corazón encogido de pura emoción. Un libro escrito con el habitual lenguaje directo de Joanna Shupe, pero que también está lleno de sentimientos. Amor con mayúsculas y pasión sin límite.

Para mí ha sido una excelente lectura. El diablo de Manhattan ha sido el broche final perfecto para esta serie.