- Romántica histórica
- El escocés domado
El escocés domado
Detalles del libro
- Romántica histórica
Libro 5 de la Serie "Los MacAllister"
Aún sumido en el dolor que le provocó la muerte de su amor y la traición de la mujer que amaba, el hosco y ermitaño Ewan quiere negarse, pero accede a regañadientes ayudar a esa extraña, aunque fascinante mujer, que dice ser sobrina de la reina de Inglaterra.
El prometido de Nora, las familias entrometidas y la amenaza de secuestro por parte de una banda de forajidos muy poco común, así como las personalidades tan opuestas de Ewan y Nora, añaden una sorprendente nota de humor y viveza a una historia que de otra forma caería en los tópicos y sería sombría. En cambio, reluce con luz propia y añade más brillo a la serie de los hermanos MacAllister, prueba del talento de Kinley MacGregor para entretener a sus lectores.
Opiniones de los usuarios
Ewan MacAllister vivía completamente amargado debido a la ausencia de su hermano Kieran Un hermano de cuya muerte él se consideraba culpable. Le robó lo que él más quería... en ese momento; a su amada Isobail. Y esa decisión le llevó a suicidarse. Sintiéndose culpable había decidido hacer penitencia perpetua, viviendo solo, en la cima de la montaña desde donde podía contemplar, día tras día, las gélidas aguas del lago en donde reposaba el cuerpo de su hermano. Unas aguas que tendía a contemplar con frecuencia, mientras ahogaba su dolor ingiriendo grandes cantidades de alcohol; sólo cuando llegaba la inconsciencia conseguía olvidar el último día que vio a Kieran con vida.
Leonor ingen Alexander estaba desesperada; por eso no podía reconsiderar el plan que bullía en su cabeza y dar marcha atrás en su decisión de fugarse de casa de sus padres. Necesitaba la ayuda de un hombre fuerte y poderoso y le habían asegurado que Ewan podía ser su paladín. Sin embargo, no esperaba encontrar a su más firme esperanza, en evidente estado de embriaguez, durmiendo a pierna suelta en el interior de la cueva que le servía de morada. Eso sí, pese a su estado, la desnudez de Ewan no deja de sorprenderla. Un impulso llevará a la joven a descubrir que su presencia incomoda y desagrada al enorme highlander, que no está dispuesto a colaborar en el plan ideado por la joven.
Leonor desea que Ewan le sirva de escolta en su viaje a Inglaterra, en donde espera alojarse en casa de una tía, y evitar así un matrimonio con un hombre al que aborrece. Para Ewan este motivo significa revivir de nuevo los hechos que llevaron a Kieran al suicidio, y a otros miembros del clan a una muerte prematura. En su decisión de devolver a la joven, cuya identidad ignora, a su familia, decide acompañarla hasta el castillo de su clan para que Lochlan tome la decisión adecuada a este problema. Sin embargo, primero unos gitanos y luego los hermanos de Isobail, le impedirán que consiga alejarse de la joven. Una mujer de la que no puede evitar enamorarse a pesar de su verborrea constante.
¿Qué puedo decir de este libro? Que El escocés domado pertenece a una de mis series favoritas. Con frecuencia releo los libros de los hermanos MacAllister y La Hermandad de la espada, a veces motivada por el impulso irresistible de sumergirme en una novela histórica ambientada en Escocia. Estaba yo tan a gusto deleitándome con unas fotos impresionantes de un recién inaugurado concurso del foro, cuando ese impulso me llevó a aparcar la novela de romántica actual que estaba leyendo e ir derechita a la estantería donde tengo mis novelas favoritas. Sólo dos libros se interpusieron en mi decisión. ¿Me decantaba por El secreto o El rescate de Julie Garwood o por cualquiera de Kinley MacGregor? A falta de libro de Kieran, uno de los personajes de novela con el que más he fantaseado decidí decantarme por el gruñón y amargado Ewan. Él no se ve guapo ni encantador ni inteligente, como sus hermanos. Está firmemente convencido de que cualquier mujer por la que se sintiera atraído huiría de su lado en cuanto conociera al resto de los MacAllister. Me encanta descubrir la ternura que guarda en su interior y que va demostrando poco a poco a Nora. En cambio, la única hija de Alex Camnore, sobrina de dos reyes, me resulta desesperante en ocasiones. No he podido evitar pensar... en amordazarla.
En cuanto a los secundarios, me ha encantado volver a encontrarme con Lochlan, Sin y Braden. También me gustaría que Kinley MacGregor publicara la historia de Pagan, igual que la del eterno Kieran.
En conclusión, un libro con el que siempre disfruto. No puedo evitar llorar y reir continuamente en los mismos párrafos, pese a que casi me los se de memoria.
La valoro con un 4.5/5.
De este modo mantiene un recordatorio constante de su culpa, lo que aguijonea aún más el dolor que habita en él.
Ewan es el más diferente de los hermanos, aunque cada uno tiene unas características propias que los diferencia del resto, pero él, siendo tan alto, se siente descoordinado y torpe, incluso brusco.
Rasgos que unidos a su siempre sempiterno malhumor le han convertido en un huraño que vive apartado de todos, refugiándose con frecuencia en la bebida.
Y es tras una de sus borracheras que conoce a Nora...
Nora es una joven escocesa que para huir de un matrimonio que no desea, con un joven de su clan, busca la ayuda de Ewan MacCallister para que la escolte hasta Inglaterra a manos de su tía. Nora es una chica parlanchina, curiosa y rebelde. Es también una joven hermosa por lo que no es difícil que Ewan se sienta atraído por ella, pero a la vez su belleza es un vivo recuerdo del error cometido en su pasado, lo que reaviva la culpa que siente por lo sucedido.
Por ello es reacio a ayudar a la chica y más reacio aún a permitirse sentir algo por ella.
Decisión que se reafirma aún más, cuando ella se niega a rebelarle su identidad.
No obstante, Nora es bastante insistente y finalmente consigue que Ewan acceda a escoltarla, quien decide que no la llevará a Inglaterra, sino a manos de Lochlan que como laird del clan MacCallister actuará y decidirá que hacer.
De este modo se inicia la relación entre Ewan y Nora. Juntos emprenden su camino hacia tierras MacCallister, pero el viaje no es tan apacible y sencillo como se esperaría.
Infinidad de contratiempos y aventuras les acontecen durante el trayecto.
A la vez, durante tal travesía comienza a nacer un vínculo y unos sentimientos que sorprenden a ambos.
Me ha encantado este libro. Cómo no podía gustarme con un protagonista como Ewan, atormentado, huraño e irascible, pero un hombre sensible y con grandes remordimientos, que se jura así mismo jamás permitirse ser feliz, juramento que peligrar al conocer a Nora.
La relación entre ambos está llena de avances y retrocesos, cuando parece que por fin todo se resolverá y Ewan cederá, entonces vuelve a suceder algo que lo impide, pero es que claro sino no habría novela.
También tengo que reconocer que Ewan es mucho más interesante y complejo como personaje que Nora. No es que Nora no me haya gustado, es divertida, vivaz y extrovertida, pero es que a veces comprendía que se quejaran de su parloteo y hasta yo desea que alguien la hiciera callar...
Hay momentos en que creo que le falta determinación, empuje y que debería hablar menos y actuar más, pero es sólo una apreciación mía. Y después de todo es el carácter que MacGregor le atribuye.
Ewan en cambio tiene más matices, es un hombre tosco, serio y austero, un hombrón enorme y rudo, pero a la vez tan sensible como para enseñar a Nora a tocar el laúd. La relación entre ambos es bonita y dulce, pero a la vez plagada de incertidumbre y soledad.
Pero va afianzándose poco a poco y entre ellos nacen una mezcolanza de emociones: complicidad, ternura y dudas.
La aparición de otros personajes secundarios hace más enrevesada la trama, donde además de la historia de amor de Ewan y Nora se tejen otras subtramas que dan suspense a la novela dando pie a que otras historias surjan a partir de ésta.
Además el libro tiene el aliciente de saber que ha sucedido con las vidas de Sin y Callie, Braden y Maggie, que por suerte aparecen, ya que creo siempre es agradable saber cómo siguieron las vidas de las parejas de anteriores libros después del fin de su historia.
En este libro se originan un serie de interrogantes y dudas sobre varios temas, la muerte de Kieran por un lado y la hermandad de la espada por otro, que no tendrán respuesta hasta El guerrero, el libro de Lochlan MacCallister.