- Romántica histórica
- El guerrero
El guerrero
Detalles del libro
- Romántica histórica
Libro 3 de la Serie "La Hermandad de la Espada"
Lochlan MacAllister había nacido para ser un líder. Criado entre la implacabilidad para tomar las riendas de su clan, ha dado toda su vida por su gente. Pero cuando se entera de que el hermano que creía muerto, todavía sigue vivo, se embarca en una búsqueda tras la verdad.
Catarina quiere vivir en libertad. Pero ahora su padre, y alteza real, quiere utilizarla como moneda de cambio para asegurar un tratado en el que se ven implicadas tierras aledañas conflictivas. Tanto es así que incluso está dispuesto a secuestrar a su propia hija para acelerar la negociación. Sin embargo, cuando ella logra escapar, el destino la arroja al mismo sendero que el hombre al que odia.
Lochlan se queda atónito cuando se topa con la fiera Cat en manos de unos desconocidos. Incapaz de soportar el sufrimiento de la joven, la libera, sólo para descubrir que ella tiene sus propios demonios contra los que luchar. Cuando sus sinos se entrecruzan, descubren que son dos personas desconfiadas que tendrán que confiar la una en la otra; además de dos enemigos que se han declarado su mutuo odio y que tendrán que afiliarse para seguir un mismo camino, o sino sus vidas se verán abocadas al desastre.
Opiniones de los usuarios
Pero su vida en Escocia queda interrumpida con la llegada de un misterioso paquete, conteniendo la mano seccionada de Lysander envuelta en el tartán verde y negro de su desaparecido hermano Kieran. Tal descubrimiento le llevará a plantearse la posibilidad de que Kieran podría estar vivo en algún lugar. Tras ocho meses de larga búsqueda parece que sus pesquisas le llevan a dirigirse hacia Rouen, donde hay un hombre que le podría facilitar información sobre él. Un hombre que le vio por última vez en Ultramar a donde acudió buscando a su hermano Sin.
Catarina estaba harta de sus captores. Sabía que cumplían órdenes de su padre, pero ella no deseaba el destino que su progenitor había decidido para ella. En medio de su huida se topará con unos aldeanos deseosos de conseguir unas cuantas monedas. Sólo un hombre le brindará su apoyo. Lochlan MacAllister el arrogante laird que conoció en Escocia tras la ayuda prestada a su prima Nora y a su esposo Ewan.
Lochlan no podía creer lo que veían sus ojos. Nuevamente se había encontrada con la desobediente y terca mujer que había puesto patas arriba su casa y su clan. Y, lo que era peor, su verdadera identidad, hija del rey Felipe Capeto de Francia, le hacía todavía más difícil la búsqueda de su hermano desaparecido. Pese a que como laird no quería hacer nada que pusiera en peligro a su clan, no podía abandonar a su suerte a una mujer tan hermosa como Cat.
Durante su huida por Francia, Cat y Lochlan se enfrentarán no sólo a un tenaz rey decidido a encontrar a su hija sino también a los hermanos MacKaid decididos a vengarse de una vez por todas de los MacAllister. Lochlan no lo tendrá fácil para descubrir el paradero de su hermano y mantener a salvo a Cat, intentando al mismo tiempo evitar a la guardia real.
Me encanta muchísimo esta escritora, por lo que puede que mi opinión no sea muy imparcial. El libro es entretenido, ameno y se lee prácticamente de un tirón. Estaba deseando disfrutar de la historia de Lochlan. Me parecía demasiado recto y estirado en los otros libros de la saga. He disfrutado sobre todo con el enfrentamiento de Cat y Lochlan. Ella, desobediente, terca, con una extraordinaria pasión por la libertad, libre de ataduras de ningún tipo y cómo no, sin pelos en la lengua. Su oponente, inflexible, severo, que no teme a nada ni nadie, con un exagerado sentido de la responsabilidad, incapaz de incumplir norma alguna y extremadamente generoso. Los dos parecen aborrecer el matrimonio por igual. Ella porque no desea ser obligada a nada ni ser propiedad de nadie. Lochlan porque ya amó a una mujer y le traicionó de forma cruel. No puede evitar recordar continuamente las frases que su padre, con violencia, le inculcó.
He disfrutado de nuevo con Stryder, Simon y Krestel. He sufrido por el destino de Kieran y el dolor de Duncan. Y no he podido evitar derramar lágrimas en la despedida de Cat y Lochlan cuando el verdugo estaba presto a cumplir la orden real.
No recuerdo haber fantaseado tanto con un personaje como con Kieran. Sin MacAllister es tal vez el protagonista masculino que más me ha llegado al corazón de todos los que he encontrado hasta ahora. Pero, el deseo de proporcionarle una historia a Kieran, ha pesado mucho sobre mí. He recreado su posible historia cientos de veces, imaginándome como sería la novela que Kinley MacGregor dedicaría a este escocés. Puede que no lo sepa nunca, pero no creo que me olvide alguna vez de este personaje.
La valoro con un 4.5/5.
A diferencia de sus hermanos , hay algo que caracteriza y define a Lochlan (aparte de ser el único rubio entre ellos): su dedicación absoluta a su clan, aun si eso conlleva su sacrificio.
En anteriores libros, Kinley MacGregor nos presentó al joven Laird como un hombre excesivamente protector, austero y severo, que se guiaba sobre todo por los convencionalismos y que no era nada dado a dejarse llevar por el corazón. Siempre se ha regido por la cabeza y no por sus sentimientos, a no ser la lealtad a su gente.
Desde su primer encuentro con Catarina fue evidente que estábamos ante dos polos totalmente opuestos, las chispas saltaban reiteradamente en sus disputas. Ésa era una de las razones que se barajaban para sospechar que ella podría ser la protagonista de su novela. Algo que en este libro queda confirmado.
Si bien en El guerrero se nos muestra el lado más humano y personal de Lochlan que, a diferencia de otros de sus personajes, no muestra externamente su lado más atormentado, también nos descubre otras facetas de Cat.
Lochlan se nos desvela como un hombre que también ha sufrido los sinsabores de ser un MacCallister y, además, el mayor (ya que a Sin jamás se le concedió su lugar). Sabemos más de su pasado, sus desengaños y qué le llevó a convertirse en el hombre extremadamente recto que es. Pero existe algo que siempre la ha pesado por encima de todas las cosas: culpabilidad por la muerte de Kieran.
Cat muestra una vertiente mucho más dulce que en libros anteriores. Si bien no abandona ese aire rebelde e inconformista, MacGregor nos la muestra como una joven un tanto desvalida que se ve en la necesidad de protección.
La relación entre Lochlan y Catarina se desarrolla lentamente. Al principio parece que no se soportan, en realidad no se soportan, pero poco a poco va aflorando la conciencia del uno hacia el otro, una atracción que no son capaces de ocultar y el amor.
Innegablemente encontramos características tanto de la saga MacCallister como de La Hermandad de la espada, ya que esta novela las enlaza. La primera parte del libro gira en torno al viaje hasta el torneo, una vez llegan a éste la trama recae sobre los misterios que rodean a la Hermandad y la búsqueda de Kieran.
Si bien durante la mitad de la novela, la trama a veces es algo lenta, poco a poco gana agilidad e intriga y asistimos a la base de la futura relación entre los protagonistas. A partir de que comienzan a desvelarse secretos, el ritmo cambia. Existen dos secretos importantes: la identidad del misterioso Escocés de la Hermandad y el destino de Kieran MacCallister.
Sinceramente esperaba una mayor dedicación a éste, pero una vez leída la novela entiendo el porqué no es así. Existe una razón.
Se pueden apreciar pinceladas de sus otras novelas en la manera en que MacGregor resuelve algunas situaciones y, aunque he notado puntos un tanto flojos en mi opinión, me ha parecido un buen libro con una bonita historia romántica y un desenlace impactante y demoledor.
La relación entre los protagonistas y los secundarios está muy bien perfilada, aunque como es habitual en esta autora, no sólo podemos apreciar cómo es la vida de protagonistas anteriores, sino que nos presenta a nuevos con lo que nuevas historias se perfilan.
Y, sobre todo, las incógnitas que quedaron en el aire quedan desvelan, al menos en gran parte, porque tal y como se resuelven se abren nuevos interrogantes en el horizonte. La gran pregunta tiene respuesta, desde luego, aunque lógicamente no voy a desvelarla en esta crítica.
Realmente El guerrero me ha mantenido absorta en la lectura de principio a fin. La relación entre Cat y Lochlan me ha parecido dulce, romántica, muy leal a la línea de libros anteriores, con escenas impactantes e intensas, con diálogos desenfadados y amenos.
Aunque no es una novela histórica que perdure en la memoria por el aspecto histórico o el reflejo de las costumbres de la época, sí lo hace por la personalidad de protagonistas y por las intrigas que brillan en las novelas de esta escritora.
Kinley MacGregor vuelve a sorprender en El guerrero lanzando una apuesta increíble que puede dar una vuelta de tuerca impresionante a esta saga. Sin duda ya lo ha hecho y estoy ansiosa por conocer los resultados…