Detalle de la opinión

4.8 2 0.5
el_guerrero
Romántica histórica 384
Me ha mantenido absorta en la lectura de principio a fin
Valoración
 
5.0
Tras una larga espera, en El guerrero, el tercer libro de la saga La Hermandad de la espada, conocemos la esperada historia del mayor de los hermanos MacCallister, Lochlan. Libro muy esperado, al menos por mí, porque por un lado, por fin podemos saber más de Lochlan y por otro se desvela la gran incógnita referente a Kieran MacCallister.

A diferencia de sus hermanos , hay algo que caracteriza y define a Lochlan (aparte de ser el único rubio entre ellos): su dedicación absoluta a su clan, aun si eso conlleva su sacrificio.
En anteriores libros, Kinley MacGregor nos presentó al joven Laird como un hombre excesivamente protector, austero y severo, que se guiaba sobre todo por los convencionalismos y que no era nada dado a dejarse llevar por el corazón. Siempre se ha regido por la cabeza y no por sus sentimientos, a no ser la lealtad a su gente.
Desde su primer encuentro con Catarina fue evidente que estábamos ante dos polos totalmente opuestos, las chispas saltaban reiteradamente en sus disputas. Ésa era una de las razones que se barajaban para sospechar que ella podría ser la protagonista de su novela. Algo que en este libro queda confirmado.

Si bien en El guerrero se nos muestra el lado más humano y personal de Lochlan que, a diferencia de otros de sus personajes, no muestra externamente su lado más atormentado, también nos descubre otras facetas de Cat.
Lochlan se nos desvela como un hombre que también ha sufrido los sinsabores de ser un MacCallister y, además, el mayor (ya que a Sin jamás se le concedió su lugar). Sabemos más de su pasado, sus desengaños y qué le llevó a convertirse en el hombre extremadamente recto que es. Pero existe algo que siempre la ha pesado por encima de todas las cosas: culpabilidad por la muerte de Kieran.

Cat muestra una vertiente mucho más dulce que en libros anteriores. Si bien no abandona ese aire rebelde e inconformista, MacGregor nos la muestra como una joven un tanto desvalida que se ve en la necesidad de protección.
La relación entre Lochlan y Catarina se desarrolla lentamente. Al principio parece que no se soportan, en realidad no se soportan, pero poco a poco va aflorando la conciencia del uno hacia el otro, una atracción que no son capaces de ocultar y el amor.

Innegablemente encontramos características tanto de la saga MacCallister como de La Hermandad de la espada, ya que esta novela las enlaza. La primera parte del libro gira en torno al viaje hasta el torneo, una vez llegan a éste la trama recae sobre los misterios que rodean a la Hermandad y la búsqueda de Kieran.
Si bien durante la mitad de la novela, la trama a veces es algo lenta, poco a poco gana agilidad e intriga y asistimos a la base de la futura relación entre los protagonistas. A partir de que comienzan a desvelarse secretos, el ritmo cambia. Existen dos secretos importantes: la identidad del misterioso Escocés de la Hermandad y el destino de Kieran MacCallister.

Sinceramente esperaba una mayor dedicación a éste, pero una vez leída la novela entiendo el porqué no es así. Existe una razón.
Se pueden apreciar pinceladas de sus otras novelas en la manera en que MacGregor resuelve algunas situaciones y, aunque he notado puntos un tanto flojos en mi opinión, me ha parecido un buen libro con una bonita historia romántica y un desenlace impactante y demoledor.
La relación entre los protagonistas y los secundarios está muy bien perfilada, aunque como es habitual en esta autora, no sólo podemos apreciar cómo es la vida de protagonistas anteriores, sino que nos presenta a nuevos con lo que nuevas historias se perfilan.
Y, sobre todo, las incógnitas que quedaron en el aire quedan desvelan, al menos en gran parte, porque tal y como se resuelven se abren nuevos interrogantes en el horizonte. La gran pregunta tiene respuesta, desde luego, aunque lógicamente no voy a desvelarla en esta crítica.

Realmente El guerrero me ha mantenido absorta en la lectura de principio a fin. La relación entre Cat y Lochlan me ha parecido dulce, romántica, muy leal a la línea de libros anteriores, con escenas impactantes e intensas, con diálogos desenfadados y amenos.
Aunque no es una novela histórica que perdure en la memoria por el aspecto histórico o el reflejo de las costumbres de la época, sí lo hace por la personalidad de protagonistas y por las intrigas que brillan en las novelas de esta escritora.
Kinley MacGregor vuelve a sorprender en El guerrero lanzando una apuesta increíble que puede dar una vuelta de tuerca impresionante a esta saga. Sin duda ya lo ha hecho y estoy ansiosa por conocer los resultados…
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