- Romántica histórica
- El jardín de las rosas silvestres
El jardín de las rosas silvestres
Detalles del libro
- Romántica histórica
Libro 1 de la serie Rawlings
Ella nunca perdía el control pero esta vez, su corazón va a tomar las riendas. Sólo una cosa se interpone entre Edward, lord Rawlings, y una vida de libertinaje: una solterona. Peor aún, la hija de un párroco, cultivada y liberal, encargada de un niño de diez años, Jeremy, el legítimo heredero del título que Edward no desea. Si Jeremy no asume el ducado, deberá hacerlo Edward, y resignarse a vivir una vida aburrida, repleta de responsabilidades y aburrimiento.
Nunca hubo mujer a quien lord Edward no pudiera conquistar, por lo que está seguro de conseguir lo que quiere. Pero Pegeen MacDougal es una mujer mordaz, de profundos ojos verdes y una sensualidad que lo volverán loco. Desgraciadamente, ella lo aborrece, a él y a su clase, por su frivolidad y su desprecio hacia los desfavorecidos. No obstante, para bien de Jeremy, decide acompañarlo a la mansión Rawlings. El riesgo se hace evidente de inmediato. Pegeen sabe que puede resistirse al dinero, el poder y la posición social de Edward, pero un beso suyo y estará perdida...
Opiniones de los usuarios
En todos sus encuentros y diálogos saltan chispas. Sus reacciones, sus pensamientos y sus miedos son atemporales.
Ella es una mujer en mayúsculas, cierto es, que a veces cae en contradicciones, pero en mi caso no supuso un obstáculo inquebrantable para poder disfrutar de su historia y preferí atribuirlo a cierta parte del carácter que muchas féminas poseemos, no solo iba a ser bella o inteligente.
En cuanto a él, se nos presenta como un vividor malcriado pero en el fondo descubres a un hombre que apenas se atreve revelarse así mismo, que lleva buscando la mujer que le devuelva a la conciencia y a la vida. Sinceramente me encantó.
Hay libros que recordamos por uno sus protagonistas, o una escenita hot que nos hizo sudar o su trepidante intriga, pues bien, si algo me marcó de esta novela y dudo que llegue a olvidarlo son los soplamocos que atiza la protagonista. Soberbia la autora a la hora de soltar bofetadas, por un momento consiguió que fuera a mí a la que le escociera la cara, la que se quedara preguntando por qué, la que no sepa como reaccionar. Impresionante, interesante y original.
Peggen es, desde luego, de esas protagonistas femeninas que parece que pueden dar mucho juego, bien mediante guerra de voluntades entre ambos protagonistas, bien por las discusiones que se pueden originar entre los dos, incluso por la tentación de mantener las manos quietas hasta en los momentos de máxima tensión. Pienso que su personaje promete más de lo que finalmente da.
Su comienzo es fuerte. Cuando Edward va en busca de su sobrino para evitar tener que afrontar el cargo del linaje, Peggen muestra una personalidad única, luchadora; una mente pensante, diferente a lo que las damas le tienen acostumbrado. Edward ve en Peggen una joven cabezota, con creencias estúpidas en la cabeza... sin embargo, sabe que ella le va a llevar a problemas...
Mediante manipulaciones, prometiéndole lo mejor para Jeremy, el sobrino de ambos, Edward convence a la liberal de Peggen para que tanto ella como el niño acudan a Rawlings, y así poder enseñar al nuevo duque su futuro cargo...
Hasta ahí bien... pero de repente, cuando los tres llegan finalmente a la mansión, es como si la magia que se había creado ante ellos... no la magia romántica, sino esa especia de tensión que le da vidilla al libro... se evaporara.
Siguen las tensiones entre Edward y Peggen, la atracción también es evidente... no obstante, algo se desinfla en la historia... y a partir de ahí, es como una montaña rusa: a veces recuperas el interés por el libro, otras vuelve a decaer. Tampoco se le da mucha importancia a la insistencia que pone Edward al principio del libro con no querer asumir el cargo. Es como si dejara cabos sueltos en algunos temas.
Los personajes secundarios no tienen tampoco mucha importancia; la que más, la mala malísima Ashford. Porque crea ese aura de misterio que te hace preguntar que esconde Peggen.
Por lo demás, aunque la historia finalmente parece encajar, no es de esos libros que dejan huella. Es incluso difícil hacer una crítica, porque cuando un libro te entusiasma, eres capaz de sacar todos los puntos maravillosos de una historia, las decepciones... pero, en éste, por mucho que lo exprima, me parece difícil sacar situaciones que realmente me hayan emocionado.
Mi calificación es de un 6. Uno de esos libros del montón, que si encima te lees en un momento de bajón, puede llegar a hacerse insufriblemente largo, eterno.
Edward es un libertino que quiere vivir sin problemas. Disfrutar de la vida y de sus amigos. Derrochando dinero. Pero encuentra la horma de su zapato el día que decide ir a Escocia a buscar a su sobrino y se encuentra con una hermosa joven que no es otra que Pegeen MacDougal . Una joven de apenas 20 años que se ha quedado a cargo de su sobrino que tiene 10 años. Su padre, el párroco del pueblo ha muerto y tiene que cargar ella sola con esa responsabilidad. Edward la convence para que vaya a vivir a la mansión de los Rawlings y ella acepta pero con sus condiciones. Pegeen resulta ser una mujer liberal e independiente que no acepta que nadie le diga como tiene que vivir. No acepta el matrimonio. No acepta a los libertinos, aunque no es una mojigata. No soporta a la clase aristocrática.
Una vez instalados en la mansión Rawlings los problemas no hacen más que comenzar. Edward y su cuñada se sienten atraídos desde el mismo momento que Lord Rawlings posó sus ojos sobre ella. Y Pegeen aunque quiere evitarlo y negarlo también. Allí se encontrarán con el mejor amigo de Lord Rawlings, Carlyle y la amante de Lord Rawlings.
Poco a poco se va desentrañando un montón de secretos de la familia. Qué le pasó realmente al hermano de Edgard, de qué murió la cuñada. De qué tiene miedo Pegeen.
No os voy a desvelar nada más. Solo os puedo decir que es una novela muy dulce. Me atrapó desde el principio. Es distinta en cuánto a que no hay los típicos bailes de la regencia. Están en el campo y como se divierten allí: cacerías, cenas, juegos de cartas, charadas.
Veremos lo malas que podemos llegar a ser las mujeres por proteger lo que queremos que sea para nosotras y no queremos que nadie más tenga. La inocencia de un niño, pero también sus travesuras.
Y como el amor rompe todo aquello en lo cual crees.
Espero que disfrutéis esta novela ágil, divertida y amena.