Un nuevo libro de Elizabeth Boyle , una autora que ya me tiene enganchada aunque sólo lleve tres libros publicados en español, pero empiezo diciendo lo molesto que es por parte de las editoriales, que no publiquen las series por orden, ya que este es el octavo de una serie que Titania empezó a publicar por el sexto libro, y eso hace que siempre te pierdas algo de personajes de las anteriores entregas.

Pero yendo al libro, en esta ocasión le toca el turno a Minerva que a pesar de ser la primera viuda Standon es la única que sigue soltera después de que Lucy y Eleanor hayan conseguido casarse con un conde y un duque respectivamente. A pesar de la enemistad que las tres viudas se profesaban hace tiempo, cuando la actual duquesa de Hollindrake las obligó a vivir juntas y subsistir de manera precaria, se formó entre ellas una bonita amistad que ahora y para sorpresa de Minerva, hecha de menos al encontrarse sin la compañía de sus dos compañeras.

Minerva siempre fue la más estirada y formal de las viudas, de carácter rígido y seria, no se parece en nada a su querida tita Bedelia, una gran chismosa de la alta sociedad y sin pelos en la lengua. Ahora que se ha quedado sola en la casa de las viudas, piensa que tendrá la vida que tanto ansiaba, tranquila y solitaria, pero de repente su ruinosa casa se ve asediada por las "tatas" de la duquesa de Hollindrake, todas de diferentes países y ansiosas de volver a ver al barón Langley, padre de la duquesa.

Minerva observa atónita como su casa es invadida no sólo por las tatas sino 'por el propio barón Langley que aparece de entre los muertos con la intención se limpiar su nombre y dar caza al traidor que casi le causa la muerte años atrás. Para conseguir tan difícil tarea, no se le ocurre mejor tapadera que proclamar que Minerva es su prometida.

Langley era un espía famoso por su desparpajo y sus conquistas a lo largo y ancho de Europa , maldecido por maridos cornudos y adora por las damas, Langley dedica su vida al servicio de la corona dejando a sus dos queridas hijas en Inglaterra, hasta que una noche en París es traicionado, golpeado , encerrado, y dado por muerto para sus compatriotas. Ahora en su regreso a Inglaterra no sólo tiene que encontrar al culpable sino que tiene que demostrar que él no era un traidor hacia su país, lo malo es que no recuerda nada de la fatídica noche.

Su secreta estancia en Inglaterra se ve comprometida con la llegada de las tatas, así que se refugia en su falso compromiso con la rígida Lady Minerva, una dama que lo atrae mucho y a la que poco a poco irá descubriendo que esconde una naturaleza muy apasionada a parte de unos cuantos secretos propios que se ve ansioso por descubrir.

No está mal el libro, pero de los tres es el que menos me ha gustado con diferencia, me ha decepcionado bastante porque me esperaba mucho más del personaje de Minerva que en las entregas pasadas parecía la viuda con más genio y arrojo, sin embargo en esta historia parece que todo el mundo hace lo que le da la gana con ella, mientras que el personaje de Langley me ha irritado la mayor parte del libro ya que no se toma nada en serio y su arrogancia es infinita, como los anteriores libros, tiene momentos simpáticos y una narración ágil, pero esta vez no me ha conseguido enganchar como las otras veces y me ha faltado algo en este libro , aunque tengo que decir que de la mitad hacia el final, la cosa mejora mucho, y es una autora que me gusta y que espero sigan publicando.

Bueno