"El señor del viento", de Susan King, es una bellísima y melancólica historia de amor medieval. Isobel y James son los protagonistas de este magnífico libro. Una historia que sorteará los problemas y crecerá poco a poco. Un relato de dos seres que se aman, pero que son desdichados por un destino que no les pertenece del todo.

Isobel tiene visiones, pero ella no las recuerda. Su padre, el padre Hugh y Ralph, el prometido de Isobel, anotan lo que ella dice, pero luego desechan las inquietudes de la joven. Ella no es feliz. Un día, habla acerca del señor del viento y, sin querer, menciona a William Wallace.

James Lindsay es el señor del viento, un proscrito al que le arrebataron su hogar y asu familia, y que se encuentra casi solo, pues los escoceses creen que él traicioné a Wallace. James siente una profunda opresión en el pecho, pues se considera un traidor hacia su mejor amigo. Está triste, y las profecías de Isobel la Negra no le hacen ningún favor. Pero ella es la clave para salvar a su prima de manos de Ralph, y no duda en secuestrarla, aunque antes la salvará de un asedio.

Isobel y James irán conociéndose poco a poco, y el amor surgirá, aunque la desconfianza estará presente en sus corazones la mayor parte del tiempo. Isobel no sabe qué pensar del misterioso Lindsay, cuyos oscuros ojos azules muestran un pesar infinito. Y James se da cuenta de que Isobel no busca hacerle daño, y que ella no profetizaba con maldad. Ella es bondadosa y pura, y James no quiere que se acerque a él, un proscrito traidor.

Una historia triste, pero preciosa. Lo cierto es que es la novela medieval que más me gusta, y su longitud no es problema alguno, aunque es demasiado descriptiva. Pero los sentimientos de los dos protagonistas están tan bien descritos, su química es tal y el desarrollo es tan fluido, que me da igual.

Todo lo que pueda decir de esta novela es poco, pues es tan buena, tan bonita y tan mágica, que me quedo sin palabras. Estoy enamorada de James Lindsay, lo admito. Y la protagonista, Isobel, me pareció muy buena partenaire para James, una mujer con un gran corazón a la que usan como si no tuviera sentimientos. Admiro su coraje.

La autora nos describe unos maravillosos paisajes, y el interior del "hogar" de James, de una forma tan ligera que no me aburrí en absoluto. Las descripciones me aburren, y la ambientación no me llama la atención salvo que sea exótica o, al menos, distinta a lo que leo siempre, pero Susan King escribe tan bien, que me dio igual leer párrafos enteros, aunque creo que sobran algunos.

Realmente no tengo palabras para describir lo que me hace sentir la lectura de esta novela. Es como si entrara en un mundo distinto, mágico, y eso que es una novela de histórica. Pero es tan bonita, como ya he dicho...

Merece la pena leer este libro, por todo. Hasta el azor que James tiene que entrenar se hace querer, con sus rabietas y sus chapoteos en las charcas.

Nota: 5/5.

Primer libro de la serie Familia Lindsay en donde Susan King demuestra una vez más lo bien que conoce la historia medieval de la siempre orgullosa Escocia.

Isobel Seton, heredera de Aberlady, es una joven de veinticinco años con visiones proféticas desde la niñez. Alta, delgada y morena siempre ha estado protegida por su padre John y el sacerdote Hugh de la iglesia de Stobo. Su última profecía la lleva a ver la traición y el asesinato del famoso proscrito escocés William Wallace, así como la intervención de James Lindsay, el halcón de la frontera. El Señor del Viento. Apuesto y sombrío, guarda en su corazón la rabia y la amargura de saberse un traidor, así como de llevar sobre sus hombros el peso de la muerte de su amada y de sus hombres. Conocedor del nombre de uno de los culpables del apresamiento de Wallace, del asesinato de su primo y de mantener en su poder a su prima Margaret Crawford, planea el secuestro y el intercambio de la prometida de Ralph Leslie, Isobel la Negra, la profetisa de Aberlady. Pero, al llegar al castillo de la joven, se encuentra éste asediado desde hace más de diez semanas por soldados ingleses que quieren llevarla a la corte por orden del Rey Eduardo. Desfallecida, sin alimentos y exhausta, Isobel aceptará la ayuda del Halcón de la Frontera y de sus amigos Quentin Fraser, Henry Wood, Patrick Boyd y Geordie Shaw. Tras la huida de Aberlady, Isobel y James deberán escapar en solitario, descubriendo la joven que en realidad viaja en calidad de rehén. Sin embargo, James lejos de encontrarse con una bruja altiva, no puede evitar que la dulce joven despierte sentimientos contradictorios en él. Pero él no olvida el deber, y a pesar de lo que siente por ella, y del peligro que para él entraña su última profecía, no puede evitar protegerla hasta el final. Una nueva traición, esta vez por un conocido y supuesto amigo de Isobel, llevará a ambos al castillo de Wildshaw, en poder de Ralph. Allí descubrirá a su padre preso por el hombre en quien ella confió. Un ultimátum de éste llevará a Isobel a tomar una importante y difícil decisión. Pero, ¿se puede confiar en un traidor?

He de decir de esta novela que, cuando me la prestaron, tardé bastante en decidirme por su lectura. Había oído opiniones no muy buenas de ella. Sin embargo, he de decir, que me ha resultado apasionante. Sí es cierto que es bastante larga y que se explaya en el adiestramiento del azor, pero hasta estos párrafos he sido capaz de leer. Los diálogos y la acción se han desarrollado sin descanso. Hay amor, traición, misterio y buenos secundarios. Así como un malo, malísimo personaje, a quien nadie dejará indiferente. Seguro que en alguna otra ocasión la volveré a releer.

Le doy un 4.5 sobre 5.