Es el primer libro que me leo de Candince Hern, pero me llamaba mucho la atención el argumento de la serie. No sabía que me encontraría pero tenía bastantes esperanzas de encontrar una historia divertida y buena.

Edwina Parrish es una solterona de una belleza espectacular que dedica su vida a editar la revista El Gabinete de las Damas de Moda. Una publicación femenina en pleno comienzo del siglo XIX.

Lo que Edwina quiere hacer con esa revista es inculcar a las lectoras ciertas ideas y valores, no es la típica publicación que se esperaría de una dama, donde bajo pintorescos seudónimos, tanto hombres como mujeres revolucionarias, escriben artículos con pequeños mensajes subliminales. Lo que Edwina pretende con esta revista es que las mujeres sepan el valor que tienen por si mismas, que no son cabezas huecas en manos de los hombres y que deben implicarse en todos los temas que loa rodean, como la política, las reformas laborales o los pobres.

Es una mujer cabezota, que también ha sufrido algunos sinsabores en la vida, meticulosa y ordenada que se vuelca por completo en la revista dejando de lado toda vida social. Hasta que su tío, el dueño de la revista, pierde la publicación en una partida de cartas y pasa a manos de Anthony Morehouse, su enemigo de la infancia y un conocido truhán.

Anthony es un joven que hace de las apuestas, su vida. Todo para él es una broma, todo lleva a una apuesta y a querer ganarla, desea vivir constantemente la emoción de conseguir ganar una bajo la amenaza de que pueda perderla. Cuando gana la revista está tan borracho que se piensa que está ganando un mueble, pero en cuanto se entera de la realidad de su nueva adquisición está decidido a deshacerse rápidamente de ella, o al menos hasta que conoce a la editora, la espectacular Edwina, la niña de sus pesadillas que lo ganaba en todo y que ahora es una asombrosa belleza.

Por supuesto Anthony se apuesta la revista con Edwina, esta podrá quedarse con la publicación si consigue doblar las suscriciones de los lectores antes de cuatro meses. A Anthony lo único que le preocupa es conquistar a Edwina, pero se sorprende a si mismo pasando a integrarse en los temas de la revista y en ayudar a Edwina. Por supuesto la manera de ser de Anthony viene provocado por el continúo rechazo de su padre hacia él desde que tiene uso de memoria, lo que hace que Anthony siempre se porte de la peor manera para llamar su atención.

Anthony intenta provocar a Edwina en todo momento, haciendo que las ganas de ésta por ganarle siempre y superar todos los retos la empujen a aceptar todas las apuestas que este le planta, haciéndola salir cada vez más de su caparazón que ha formado en su día a día.

El argumento pintaba bien, la historia se lee rápida, está bien escrita y tiene momentos simpáticos. Los temas que trata la revista para ser de del siglo XIX también son interesantes debido a la reacción que pretenden provocar en las lectoras. Pero el libro en si, me ha dejado bastante fría. Ni Anthony ni Edwina consiguen llegarme como personajes, él no se toma nada en serio, se pasa la vida apostando todo, Edwina por su parte simplemente me deja fría y además es demasiado modernilla en algunos aspectos para la época en la que se narra la historia.

En definitiva, no está mal para pasar un rato entretenido, pero no consiguió engancharme como esperaba.