Cada vez que empiezo una novela de Marisa Sicilia, (aunque lea título y sinopsis) lo único que tengo claro, es que nunca sé que me voy a encontrar. Lo que sí sé con seguridad de la autora, es que sus historias son totalmente diferentes y me va a sorprender, de ahí a no perderme ninguna.

El último baile es una novela que me ha hecho pasar por todos los sentimientos posibles. Y es que es una novela con una historia de amor bastante original y nada típica.

No se puede contar mucho de la trama sin desvelar cosas importantes, y es que es una de esas novelas que en cada página hay detalles importantes que no se pueden revelar y que merecen la pena descubrir por uno mismo.

Centrándome en mi opinión sobre la novela, destacaría en primer lugar a los personajes. Acostumbrada ya a los personajes atípicos, imperfectos y nada heroicos que crea la autora y que los hace más reales a mis ojos. Aunque al principio me cueste un poco entenderlos, los acabo admirando muchísimo.

Los protagonistas en entre esta ocasión son Lilian y Andreas. La novela nos cuenta varios años de sus vidas, de hecho comienza con el reencuentro de ambos ya con una edad madura.
De ese reencuentro, ambos recuerdan todo lo que han vivido y con dichos recuerdos saltamos años atrás cuando Lili era apenas una joven soñadora e inocente y Andreas estaba comiéndose el mundo sin prensar en el futuro.

Sus familias eran amigas desde siempre y por lo tanto han compartido sus vidas desde niños, aunque conforme van creciendo sus caminos son diferentes, pero se van cruzando una de oitra vez.

Esta historia es muy especial desde el principio, y la forma en la que está contada me parece totalmente acertada y magistral, Marisa consigue una vez más meterme de lleno en la historia y vivirla desde dentro.

Aunque está narrada en tercera persona, se centra más en Lilian, por lo tanto es su personaje el que lleva más peso en la novela.

No es una trama fácil de calificar, porque no es una novela sencilla, pero agradezco enormemente a la autora que se arriesgue de esta manera a contar una historia así, y deseo que quienes la lean sepan apreciar el trasfondo de la historia de Lili y Andreas y sus verdaderos sentimientos, yo quiero creer que los he entendido.

Por mi parte me ha enseñado a recordar que no se puede juzgar, y que a veces somos víctimas de las circunstancias. Que nunca se puede decir "nunca", porque la vida da muchas vueltas y todos cambiamos. Y que las cosas no sin siempre blanco o negro, que hay cientos de matices en medio....

Yo adoro la forma de escribir de Marisa, y en esta novela me ha enganchado a ella una vez más, y demostrado porque es una de mis autoras favoritas. Su forma de narrar me ha parecido muy elegante, clara y directa. Tan detallada y natural, que es imposible que no llegue al corazón y que no se la admire. Con una documentación histórica trabajada a conciencia, que se nota a la legua. Y éste es otro detalle que me fascina, que se metan detalles reales en las novelas, todavía me hace verlo todo más real.

Es una novela muy intensa, difícil de olvidar por todo lo que me despertado, por lo que me ha hecho pensar y meditar.
Me he pasado toda la novela imaginando cada escena como si de una película se tratara, y si fuera así no dudo en que sería digna de un Oscar.

No me queda más que recomendarla totalmente, a todo aquel que le guste lo atípico, lo diferente, lo real y que le guste dejarse llevar sin preguntas, y sobre todo no juzgar de primeras. Yo la valoro con un excelente, y me rindo a los pies de la autora una vez más.