De nuevo me enfrento a una reseña difícil de hacer. Me suele pasar con las novelas que me llegan y me gustan tanto, por miedo a contar de más, o no decir lo necesario y justo.

Esa locura llamada amor llega a mí en un momento bastante especial y siendo una novela bastante interesante y original.

La ambientación nos lleva a la Barcelona del siglo XIX, y nos la enseña a través de Inés, una joven modista que sueña con ser una gran diseñadora en una época difícil para las mujeres, y Gonzalo, un médico que a pesar de tener opiniones en contra, por fin ha encontrado su verdadera vocación y tratar las enfermedades mentales.

A través de nuestros protagonistas viviremos una historia intensa, preciosa y magistral que nos llevará de Barcelona a París para vivir unos momentos únicos, y donde la realidad se impone de nuevo en Barcelona, conociendo de paso la exposición universal de la época y todo lo que aquello conllevaba.

Inés y Gonzalo son de esos personajes que enamoran irremediablemente desde el inicio y con los que he sentido una conexión inexplicable. La historia entre ambos es sencillamente deliciosa.

El destino les une de manera casual y hace que nazca entre ellos una atracción intensa y hermosa, pero ese mismo destino junto con los malentendidos, los sueños truncados y la distancia, harán que entre Inés y Gonzalo todo sea mucho más complicado... y apasionante.

Creo que decir que me ha maravillado es quedarme muy corta. Hacía tiempo que no me pasaba que al cerrar la última página de un libro, me dieran ganas de volver a empezarla. Y de hecho no descarto hacerlo pronto.

Me parece muy acertada la elección de la autora para la época y ambientación de esta novela, que nos saca de lo habitual. Esto sin duda es uno de los puntos que más me ganó. No es que tenga nada en contra de la ambientación inglesa, que por regla general tienen las novelas que transcurren en esta época, al contrario, las adoro. Pero de vez en cuando leer otro telón de fondo para estas preciosidades las agradezco enormemente y me fascinan.

La forma de escribir de Nuria Rivera me ha encandilado por completo; sencilla, elegante y directa, serían algunos adjetivos con los que la calificaría pero, sobre todo, repleta de sensibilidad.

Se nota también el gran trabajo de documentación que ha realizado la autora para ambientar esta novela, algo que a veces los lectores no tenemos muy en cuenta, pero que se nota en la lectura y es de reconocerse.

Sin duda he descubierto al fin (le tenía ganas de antes) una gran pluma que hay que tener muy en cuenta.

Recomiendo encarecidamente disfrutar de esta novela. No me queda más que dar mi enhorabuena a la autora, y dar las gracias por haberme hecho pasar un rato tan agradable con su lectura.