Han pasado varias semanas desde que leí esta novela y por fin hoy he encontrado un ratito para escribir la reseña.
Por supuesto, me ha gustado mucho. Pero eso ya lo daba por hecho, porque me encanta la forma de escribir de Marisa Sicilia y ese punto diferente y original que siempre da a sus historias. Y no importa lo larga o corta que esta sea, porque si bien en este caso es más bien cortita, todo está donde tiene que estar, cada cosa ocurre cuando tiene que ocurrir y podemos conocer a fondo a los protagonistas.

Las primeras imágenes que nos ofrece de ellos son las de dos personas completamente opuestas, más imposible. Ella: una puritana demasiado mayor, refunfuñona y un poco toca pelotas que espanta a los hombres. Él: un malencarado, desagradable y peligroso forajido. Vamos, que piensas que estos no van a pegar ni con Loctite. Sin embargo, no tardas en descubrir que en ocasiones las apariencias engañan, que el malo no es tan malo y la puritana... es humana. Que toda moneda tiene dos caras y toda historia dos versiones. Que confiar es difícil, pero cuando se consigue, abre puertas y desata las emociones.

De verdad que me ha parecido brillante la forma en que la autora nos los ha ido presentando, como si les fuera quitando capas. Capas que al desaparecer dejan a la vista la verdadera personalidad de cada uno de ellos. Y sorprenden, porque son muy diferentes a como la gente cree (a como los veías al principio) y porque tienen más en común de lo que ellos mismos pensaban.

Además de contar con esta maravillosa pareja, que me han enamorado con su carácter y su determinación, la trama no tiene desperdicio. Hay acción, persecuciones y tiros; discusiones, conversaciones, más discusiones y confesiones; hay momentos de esos en los que, de los nervios, terminas mordiéndote las uñas y otros en los que ganan las risas; ternura, comprensión, dudas, miedo... ya lo he dicho antes: no le falta de nada.

Y el final, estupendo, con una dosis de tensión de propina para que la última sonrisa vaya acompañada de un suspiro de alivio.

Una vez más, mi enhorabuena a la autora, por una novela entretenida, divertida y tierna, en apariencia sencilla pero que dice mucho sobre la forma de ser de las personas, sobre lo que muestras de su carácter y lo que los demás ven o quieren ver.

Por supuesto, la recomiendo cien por cien.

Una vez más Marisa consigue cautivarme con otra de sus fabulosas historias. Historias que a mí me van gustando cada vez más.

En esta ocasión me ha enamorado con Forajido, una novela corta pero no por ello, menos bonita.

Decir que he devorado la novela es quedarme corta, y no solo es por mi ansía con ella, es que es tan adictiva que creo que aunque tuviera el triple de páginas la hubiera devorado igualmente.

Forajido nos cuenta la historia de Tom y Felicity. Tom es un prófugo de la justicia tras el robo de un banco entre otras acusaciones que se le imputan. En su huida Felicity se cruza en su camino, haciendo que se replantee el sentido de su vida...

Felicity es una mujer dedicada a hacer el bien en todos los sentidos, y a llevar la palabra de Dios allá donde sea necesario. Cuando se encuentra con un forajido de mirada penetrante que con solo mirarla la hace temblar.

Ella intentará acercarse a él para guiarlo por el buen camino, sin sospechar que será ella la que puede caer en el pecado...

Son unos personajes que a través de sus sentimientos, su sencillez y las pinceladas que dejan entrever de sus vidas pasadas, se han metido de lleno en mi corazón, con sus diálogos y momentos a veces divertidos, otros tensos, sensuales, y de tantas emociones. Creo que nunca los olvidaré.

Creo que poco más puedo contar sobre la novela, solo que es de las que merece la pena descubrir, saborear y paladear de principio a fin. De las que te enganchan y quieres más. Entretenida para pasar un rato estupendo y disfrutar de la impecable pluma de la autora con esta excelente historia corta pero muy intensa, emotiva y especial.

Estoy convencida que la historia de Tom y Felicity no dejará indiferente a nadie.