Detalle de la opinión
4.8 4 0.5Cautivante
Valoración
4.5
Catherine Dunnan queda devastada tras recibir la noticia de la muerte de su marido en las filas del ejército. Aunque fue apenas un mes el tiempo que pasaron juntos tras el matrimonio, y a pesar de la frialdad y distancia con que éste la trató durante ese periodo de tiempo, Catherine no ha podido evitar enamorarse de él a través de las cartas que periódicamente ha ido recibiendo.
A través de esas líneas ha ido descubriendo un hombre nuevo y diferente, uno capaz de desnudarle su alma.
Harry Dunnan nunca fue un hombre propenso a manifestar sus emociones, al menos no hacia ella ni de manera pública. En realidad siempre fue frío y distante hacia ella. Proveniente de una humilde familia de comerciantes, vio en Catherine la posibilidad de escalar socialmente al casarse con ella.
Pero, pese a su frialdad, poco después de que Harry se marchase al frente de batalla, empiezan a llegar las cartas. Las mismas que hacen que Catherine, poco a poco, vaya enamorándose de su distante marido.
Pero en realidad, bajo esas cartas se oculta la mano de otro hombre: el Coronel Moncrief.
Moncrief, quien no siente la menor simpatía hacia Harry por el modo altivo y déspota con que trata a todos, siente pena por la esposa de éste cuando Harry se queja de sus continuas cartas, las cuales el propio Moncried acaba leyendo. A través de éstas, descubre a una mujer solitaria y triste a la que siente el incontenible deseo de escribir. Así que usurpando el lugar de su marido, es él quien responde a esas misivas, a través de las que va conociendo a Catherine Dunnan.
Mediante este intercambio de correspondencia van conociéndose mutuamente. Ella cree estar descubriendo una nueva faceta de su marido, él, por su parte, una persona a quien abrir su alma y con quien desahogar los sinsabores y brutalidad de la guerra.
Tras la muerte de Harry, y respondiendo a un alocado impulso, Moncrief se presenta ante Catherine. En su imaginación ha creado a una suave y dulce mujer, frágil, pequeña y cariñosa. Sin embargo la que encuentra ante él es una sombra de su imaginación y de la que conoció a través de las cartas.
Cuando sus ojos se topan con la Catherine de carne y hueso, descubre a una mujer alta, delgada, demacrada y falta de vida. Preocupado e inventando la excusa de una última carta -lógicamente inexistente- de Harry, se persona al día siguiente para descubrir que Catherine ha tratado de acabar con su vida consumiendo una cantidad excesiva de láudano.
Pese a que ella niega repetidamente que ésa fuera su intención- y puesto que no recuerda lo sucedido esa noche- Moncrief toma una determinante decisión. Tras el regreso de la guerra ha ocupado el lugar del Duque de Lymond, muertos su padre y hermano. Sabe que como tal su obligación es casarse y engendrar al próximo heredero y, puesto que Catherine necesita a alguien que cuide de ella… ¿por qué no hacerlo él como su marido?
Aprovechando el estado en que ésta se encuentra tras la ingesta de láudano, Moncrief insta al vicario de la región a celebrar ese enlace. De modo que cuando Catherine, se descubre casada con el mismo Coronel Moncrief, o más exactamente, con el Duque de Lymond.
Catherine, que aún llora la muerte de su esposo, no deseaba ese matrimonio; Moncrief está herido por la reticencia de ella a aceptarlo como su marido y terriblemente celoso, pero ya como marido y mujer se trasladan a la propiedad ducal.
Allí, Moncrief se reencuentra con su pasado, sus raíces y los demonios de su infancia. A la vez que va tomando forma la relación entre él y Catherine. Poco a poco los sentimientos que compartieron a través de cartas van redescubriéndose, pero esa vez, en carne y hueso.
Hasta el próximo encuentro es una novela histórica ambientada en Escocia durante el siglo XVIII. Como es habitual en los libros de Karen Ranney, sus historias están ambientadas en la Escocia posterior a 1745 y la batalla de Culloden.
No existen clanes, sino familias que han visto el rumbo de sus vidas y linajes desviados por la guerra entre ingleses y escoceses. Pese a no abordar directamente ese hecho, la noción de éste, las consecuencias está latente en el ambiente.
Durante la novela se menciona que el padre de Moncrief se mantuvo al margen de la revuelta, como él que ha pasado los últimos catorce años de su vida fuera del país.
Tras la crueldad de la guerra, su único interés es cuidar de sus tierras y de su gente, incluyendo a su silenciosa y renuente esposa.
Pese a que trata de negarlo, la desilusión que siente por la falta de interés de Catherine hacia él, está siempre presente y pese a que ella le pide un mes para acostumbrarse a su nuevo estado, él ha perdido en realidad la esperanza. En el fondo sigue temiendo que ella trate nuevamente de acabar con su vida, a pesar que ella niega tal hecho.
Catherine es muy reticente a aceptar su nuevo estado civil. Sin embargo, enseguida ocupa su lugar como duquesa de Lymond, pese a la frialdad con la trata Juliana, su cuñada y la duquesa viuda. Poco a poco Balidonough y su gente van entrando en su corazón, incluso su atractivo esposo. Casi sin darse cuenta, la imagen de Harry va desdibujándose para que la de Moncrief ocupe su lugar. El único punto oscuro, lo único que no es capaz de olvidar es el contenido de esas cartas que tanto la han conmovido y acompañado durante la ausencia de su primer marido.
Pero cuando empiezan a suceder determinados accidentes que hacen suponer a Moncrief que alguien trata de asesinar a su esposa, éste se afana en protegerla y descubrir al culpable de semejante traición. Pero, ¿quién desea la muerte de Catherine y por qué?
Hasta el próximo encuentro es una novela que entremezcla una emotiva historia de amor con la ambientación ligeramente oscura con que Ranney caracteriza sus novelas.
Aunque se han publicado algunos libros que aborda la “usurpación” de identidad a través de cartas, en mi opinión, en éste nos encontramos con una novela un tanto diferente. La manera en que se aborda el tema de las cartas confiere al libro de un aire nostálgico y profundo, intensificando la relación entre los protagonistas.
Los protagonistas van evolucionando a lo largo de la novela. Catherine es una mujer a la que vemos florecer a lo largo de la historia. Sus primeras apariciones nos la presentan como una mujer deprimida y cansada de la vida. Destrozada por la muerte de su “amado” esposo ha perdido el deseo por vivir. Sin embargo, pese a lo que parezca, lejos están sus intenciones de intentar poner fin a su existencia.
El descubrir cómo nace una atracción por su nuevo marido, el descubrir los valores y cualidades de éste y la falsedad referente a Harry, que la ha cegado durante mucho tiempo, se confabulan para que asistamos a la recuperación de la protagonista.
Por su parte Moncrief es un hombre que ha huido durante demasiado tiempo de sus raíces y que, incluso, evitó unirse a la revuelta jacobita. Poco a poco va desgranándose su pasado. El regreso a sus tierras permite que conozcamos su niñez y cómo ésta dio al paso al hombre leal que es en el presente.
La historia de amor en sí es bastante cautivante, una historia que nace a partir de unas cartas y el modo en que tanto Moncrief como Catherine se aferran a ellas en busca de los sentimientos que de éstas han nacido. Las mismas cartas en sí están escritas con gran sensibilidad y, aunque los acercan también los separan, pero son el hilo conductor de Hasta el próximo encuentro de principio a fin.
A través de esas líneas ha ido descubriendo un hombre nuevo y diferente, uno capaz de desnudarle su alma.
Harry Dunnan nunca fue un hombre propenso a manifestar sus emociones, al menos no hacia ella ni de manera pública. En realidad siempre fue frío y distante hacia ella. Proveniente de una humilde familia de comerciantes, vio en Catherine la posibilidad de escalar socialmente al casarse con ella.
Pero, pese a su frialdad, poco después de que Harry se marchase al frente de batalla, empiezan a llegar las cartas. Las mismas que hacen que Catherine, poco a poco, vaya enamorándose de su distante marido.
Pero en realidad, bajo esas cartas se oculta la mano de otro hombre: el Coronel Moncrief.
Moncrief, quien no siente la menor simpatía hacia Harry por el modo altivo y déspota con que trata a todos, siente pena por la esposa de éste cuando Harry se queja de sus continuas cartas, las cuales el propio Moncried acaba leyendo. A través de éstas, descubre a una mujer solitaria y triste a la que siente el incontenible deseo de escribir. Así que usurpando el lugar de su marido, es él quien responde a esas misivas, a través de las que va conociendo a Catherine Dunnan.
Mediante este intercambio de correspondencia van conociéndose mutuamente. Ella cree estar descubriendo una nueva faceta de su marido, él, por su parte, una persona a quien abrir su alma y con quien desahogar los sinsabores y brutalidad de la guerra.
Tras la muerte de Harry, y respondiendo a un alocado impulso, Moncrief se presenta ante Catherine. En su imaginación ha creado a una suave y dulce mujer, frágil, pequeña y cariñosa. Sin embargo la que encuentra ante él es una sombra de su imaginación y de la que conoció a través de las cartas.
Cuando sus ojos se topan con la Catherine de carne y hueso, descubre a una mujer alta, delgada, demacrada y falta de vida. Preocupado e inventando la excusa de una última carta -lógicamente inexistente- de Harry, se persona al día siguiente para descubrir que Catherine ha tratado de acabar con su vida consumiendo una cantidad excesiva de láudano.
Pese a que ella niega repetidamente que ésa fuera su intención- y puesto que no recuerda lo sucedido esa noche- Moncrief toma una determinante decisión. Tras el regreso de la guerra ha ocupado el lugar del Duque de Lymond, muertos su padre y hermano. Sabe que como tal su obligación es casarse y engendrar al próximo heredero y, puesto que Catherine necesita a alguien que cuide de ella… ¿por qué no hacerlo él como su marido?
Aprovechando el estado en que ésta se encuentra tras la ingesta de láudano, Moncrief insta al vicario de la región a celebrar ese enlace. De modo que cuando Catherine, se descubre casada con el mismo Coronel Moncrief, o más exactamente, con el Duque de Lymond.
Catherine, que aún llora la muerte de su esposo, no deseaba ese matrimonio; Moncrief está herido por la reticencia de ella a aceptarlo como su marido y terriblemente celoso, pero ya como marido y mujer se trasladan a la propiedad ducal.
Allí, Moncrief se reencuentra con su pasado, sus raíces y los demonios de su infancia. A la vez que va tomando forma la relación entre él y Catherine. Poco a poco los sentimientos que compartieron a través de cartas van redescubriéndose, pero esa vez, en carne y hueso.
Hasta el próximo encuentro es una novela histórica ambientada en Escocia durante el siglo XVIII. Como es habitual en los libros de Karen Ranney, sus historias están ambientadas en la Escocia posterior a 1745 y la batalla de Culloden.
No existen clanes, sino familias que han visto el rumbo de sus vidas y linajes desviados por la guerra entre ingleses y escoceses. Pese a no abordar directamente ese hecho, la noción de éste, las consecuencias está latente en el ambiente.
Durante la novela se menciona que el padre de Moncrief se mantuvo al margen de la revuelta, como él que ha pasado los últimos catorce años de su vida fuera del país.
Tras la crueldad de la guerra, su único interés es cuidar de sus tierras y de su gente, incluyendo a su silenciosa y renuente esposa.
Pese a que trata de negarlo, la desilusión que siente por la falta de interés de Catherine hacia él, está siempre presente y pese a que ella le pide un mes para acostumbrarse a su nuevo estado, él ha perdido en realidad la esperanza. En el fondo sigue temiendo que ella trate nuevamente de acabar con su vida, a pesar que ella niega tal hecho.
Catherine es muy reticente a aceptar su nuevo estado civil. Sin embargo, enseguida ocupa su lugar como duquesa de Lymond, pese a la frialdad con la trata Juliana, su cuñada y la duquesa viuda. Poco a poco Balidonough y su gente van entrando en su corazón, incluso su atractivo esposo. Casi sin darse cuenta, la imagen de Harry va desdibujándose para que la de Moncrief ocupe su lugar. El único punto oscuro, lo único que no es capaz de olvidar es el contenido de esas cartas que tanto la han conmovido y acompañado durante la ausencia de su primer marido.
Pero cuando empiezan a suceder determinados accidentes que hacen suponer a Moncrief que alguien trata de asesinar a su esposa, éste se afana en protegerla y descubrir al culpable de semejante traición. Pero, ¿quién desea la muerte de Catherine y por qué?
Hasta el próximo encuentro es una novela que entremezcla una emotiva historia de amor con la ambientación ligeramente oscura con que Ranney caracteriza sus novelas.
Aunque se han publicado algunos libros que aborda la “usurpación” de identidad a través de cartas, en mi opinión, en éste nos encontramos con una novela un tanto diferente. La manera en que se aborda el tema de las cartas confiere al libro de un aire nostálgico y profundo, intensificando la relación entre los protagonistas.
Los protagonistas van evolucionando a lo largo de la novela. Catherine es una mujer a la que vemos florecer a lo largo de la historia. Sus primeras apariciones nos la presentan como una mujer deprimida y cansada de la vida. Destrozada por la muerte de su “amado” esposo ha perdido el deseo por vivir. Sin embargo, pese a lo que parezca, lejos están sus intenciones de intentar poner fin a su existencia.
El descubrir cómo nace una atracción por su nuevo marido, el descubrir los valores y cualidades de éste y la falsedad referente a Harry, que la ha cegado durante mucho tiempo, se confabulan para que asistamos a la recuperación de la protagonista.
Por su parte Moncrief es un hombre que ha huido durante demasiado tiempo de sus raíces y que, incluso, evitó unirse a la revuelta jacobita. Poco a poco va desgranándose su pasado. El regreso a sus tierras permite que conozcamos su niñez y cómo ésta dio al paso al hombre leal que es en el presente.
La historia de amor en sí es bastante cautivante, una historia que nace a partir de unas cartas y el modo en que tanto Moncrief como Catherine se aferran a ellas en busca de los sentimientos que de éstas han nacido. Las mismas cartas en sí están escritas con gran sensibilidad y, aunque los acercan también los separan, pero son el hilo conductor de Hasta el próximo encuentro de principio a fin.