Gwendolyn es acusada de asesinar a su padre por los miembros de su propio clan que la temen y aprovechan la mínima oportunidad para terminar con ella , cuando está a punto de ser quemada como una bruja es rescatada por los miembros de otro clan.

Alex, el jefe del clan MacDunn, quiere a la muchacha que todos acusan de bruja en un intento desesperado por salvar a su hijo aquejado de una extraña enfermedad.

Me ha gustado muchos los personajes de este libro, aunque mucho más Gwen, que es una chica joven que ha sido despreciada y humillada toda su vida por su clan, acusada de todas las cosas malas que les sucedían a estes, sólo ha contado con el amor y la compañía de su padre , pero este es asesinado por el codicioso hermano del Lair McSween y ella acusada de ello.

Sin embargo, lejos de ser una tímida muchachita indefensa se enfrenta a todos con dignidad, sabe que nadie la quiere y que nadie la querrá y vive con ello.
Alex por su parte está atormentado por la muerte de su querida esposa y la enfermedad que aqueja a su hijo, y está dispuesto a todo para poder salvarlo.

Los personajes del clan McDunn me han encantado, sobre todo los más ancianos y los guerreros de Alex. Todos muy simpáticos casi hasta el punto de ridículos, pero todo eso sólo contribuye a que la lectura sea más amena.

El libro me parece bonito aunque se alarga demasiado,en mi opinión, con las muchas escenas de los reuniones para cotillear sobre la joven bruja. Para mi la historia se centra sobre todo en Gwendolyn y el niño, creo que era lo más interesante de la historia, la relación que van creando, los intentos por curarlo ..., porque la historia de amor, aunque bonita, es bastante escasa. Otra pega que le pongo es que tan poco acaba de esclarecer cual era la enfermedad que padecía el niño.

Un historia típica en términos generales, la bruja despreciada por todos que al final acaba ganándose el cariño de todo un clan, pero es una historia bonita y fácil de leer.
Lo mejor del libro, los ancianos del clan.