Después de leer Orgullo de casta y Corazón audaz tenía muchísimas ganas de conseguir este libro, la tercera parte de la serie escocesa de Marsha Canham. Pero cuando lo comencé, debo admitir que lo dejé aparcado un par de veces porque no conseguía engancharme la trama.
Al fin, una noche decidí seguir leyendo...

El libro se hace muy pesado en ocasiones, ya que Marsha Canham es una autora muy densa que se para demasiado en contar los detalles históricos. A veces te da la sensación de que se preocupa más del marco histórico que de pincelar los caracteres de los protagonistas. Aún así, debo decir que este libro le ha quedado bien, y que la pasión, el amor, la dulzura y la tensión entre los protagonistas, hace que perdones un poco todas esas páginas de más hablando sobre la guerra y la situación histórica.

Tiene escenas entre Anne y Angus que hacen que se te erice la piel. Momentos de reencuentros, cargados de pasión, celos y rabia contenida...

El argumento es bastante original, ya que en pocas novelas románticas los protagonistas ya están casados cuando comienza. Angus y Anne llevan cuatro años casados, los dos completamente enamorados, pero ninguno se ha atrevido a confesárselo al otro.

Cuando Anne comienza a sospechar que Angus se ha puesto de parte de los ingleses, traicionando a Escocia y a su clan, ella decide tomar parte también y ponerse al frente de los escoceses como jefa del clan. Se siente traicionada por su marido, a quien no puede dejar de amar con locura... y la aparición en su vida de un antiguo amor le hará dudar mucho sobre el amor que profesa a Angus.

En definitiva, es un libro demasiado denso, aunque tiene momentos muy bonitos.