Detalle de la opinión

4.8 5 0.5
la_amante_secreta_mb
Romántica histórica 157
¡Qué historia tan romántica y divertida!
Valoración
 
5.0
3º serie Amantes

Con diecinueve años, Lady Angeline Dudley fue presentada en sociedad. A sus ojos era ya casi un fósil, pues hubiera querido hacerlo dos años atrás; pero primero la muerte de su madre, con el consiguiente año de luto, y después una caída a resultas de la que se rompió una pierna, retrasaron su debut social dos años.
Tras ese tiempo, Jocelyn, el duque de Tresham, que en ese momento contaba con veinticuatro años, no escatimó en gastos ni recursos para presentar a su hermana. Y contando con la colaboración de la prima Rosalie, Lady Palmer, que la tomó bajo su tutela nada podía ir mal.
Eso si Angeline no causaba ningún desastre...

Angeline estaba ansiosa por comenzar a vivir. Su presentación en sociedad era el comienzo de una nueva vida, emocionante y prometedora, lejos de Acton Park, en el campo. Con la magnífica dote que tenía y siendo la hermana menor de Tresham no iban a faltarle pretendientes.

Pero desde que vio al Conde de Heyward por primera vez, aun cuando no conocía su identidad -incluso antes de su baile de presentación- supo que había encontrado al hombre con el que quería pasar el resto de su vida.
La situación pudo ser un poco incómoda y escandalosa, pues Heyward la encontró a solas en una posada sin chaperona ni acompañante. Pero como el caballero que es, salvó la situación y Angeline cayó rendidamente enamorada ante tal gallardía.

Edward Ailsbury era un simple hijo menor hasta que la muerte de su hermano Maurice lo convirtió en el nuevo Conde de Heyward. Junto con el título heredó deberes y obligaciones. Entre ellos encontrar esposa y engendrar al próximo heredero.
Edward ha sido siempre un estudioso, un joven serio que, al lado de Maurice, pasaba desapercibido. No destacaba físicamente ni por su carácter. Hasta que el imprudente Maurice participó en una carrera que le costó la vida.

Como el nuevo Conde de Heyward llega a Londres, no sólo para incorporarse a la Cámara de los lores, sino para asistir a fiestas, bailes y reuniones donde conocer a jóvenes debutantes entre las que encontrar a la futura Condesa de Heyward.
Edward tenía pensado casarse con Eunice Goddard, la hija de uno de sus profesores en Cambridge, y una gran amiga a la tiene en gran estima, pero no encajaba en el prototipo de esposa que su familia tenía en mente.
Más bien las mujeres de su familia, pues su madre, abuela, hermanas y hasta su cuñada Lorraine tienen una lista de posibles esposas. Encabezada por la alocada e imprudente Lady Angeline Dudley.

Edward está convencido que no hay candidata menos adecuada para convertirse en su esposa, pero bajo esos peculiares sombreros y cháchara incesante, lo cierto es que descubre una joven dulce y divertida que hace palidecer al resto de damas y que logra alterar al, por otra parte, inalterable Lord Heyward.

Cronológicamente, The secret mistress debería ser la primera de las novelas de la trilogía Amantes, puesto que nos cuenta la historia de Lady Angeline Dudley y Lord Heyward, un matrimonio que en las anteriores novelas lleva varios años casados. Pero, en realidad, fue escrita después.

Durante años las lectoras habían pedido a Mary Balogh que escribiera la historia de Lord y Lady Heyward. Y la idea fue un reto para la autora, que se vio inmersa en atractiva posibilidad de escribir una historia que no presagiaba grandes sorpresas.
Después de todo Angeline ya estaba casada y ¿qué razón había para escribir su historia?

La imagen que se nos ha transmitido de Angeline y Heyward hasta ahora era la de una pareja bien avenida, que se casaron por amor -algo que no deja de sorprender a los hermanos Dudley- pues no parecen muy afines.
Angeline es una dama que no siempre se comporta decorosa y apropiadamente. Es vivaz, estridente en su vestuario y atroces sombreros, ruidosa y con tendencia a tener pensamientos y comportamientos contradictorios. El Conde de Heyward, Edward Ailsbury, es un héroe atípico. Lejos de los calaveras encantadores, es un hombre tranquilo, formal, siempre correcto y apropiado; tal vez demasiado serio y conservador.
Creo que forman una pareja peculiar, pero su historia me ha emocionado, hecho reír y pasar un rato inolvidable.

¡Qué historia tan romántica y divertida!
Bajo la apariencia de una clásica y divertida novela de la Regencia, que pudiera no deportar sorpresas, lo cierto es que la historia de Angeline y Heyward me ha ofrecido una lectura deliciosa. Es vivaz, divertida, dulce y muy romántica.
Tengo que confesar que desde que leí Más que una amante sentí cierta debilidad por Lady Angeline. Me atraía su carácter extrovertido, sus conversaciones interminables, la contrariedad de sus discursos, además su peculiar y llamativo vestuario, y esos horrorosos sombreros. Me intrigaba conocer cómo alguien como ella se había casado con el austero Conde de Heyward.
No puedo negar que su historia me ha fascinado.

Es una historia sencilla, sin demasiadas sorpresas, que narra, con el estilo irónico y romántico de Mary Balogh, el que pudiera parecer un nada emocionante proceso de cortejo. Lord Heyward es un poco estirado, soso y a ojos de muchos aburrido; Lady Angeline desborda pasión y alegrías de vivir.
A primera vista eso no invita a pensar que pueda ser una pareja que se complemente, pero desde ese primer accidentado y escandaloso encuentro en una posada, algo surge y el romance se respira en el aire.

Narrada con un sentido del humor muy fino, Mary Balogh recrea a las mil maravillas la atmósfera de una clásica novela de La Regencia donde un Conde está obligado a casarse; donde una joven y excéntrica dama se presenta en sociedad a la búsqueda de marido; donde no escasean los bailes, las fiestas en el campo, los paseos en el parque y a las visitas a los jardines de Vauxhall.
Sí, todos los lugares y las situaciones típicas y esperadas en una historia de La Regencia. Pero el resultado es fascinante. Y en ese delicioso entorno nace esta preciosa historia de amor donde no faltan, tampoco, los encuentros y desencuentros.

Con una joven alocada e impulsiva, con un Conde conservador y austero, con una familia dedicada a casarlos por un lado, dos hermanos en contra de que la vivaz Angeline se case con un hombre tan aburrido por el otro, conspiraciones por doquier, las travesuras de Angeline y mucho romance, Mary Balogh ha escrito la que es, para mí, la perfecta historia de esta pareja.

Además, nos cuenta una historia secundaria con una pareja que, a primera vista, también es poco compatible: Eunice y Lord Windrow, incluso se esboza una tercera historia, la de la condesa viuda de Heyward.

¿Una típica y tal vez un poco previsible novela de La Regencia? Puede que sí, pero a mí me ha hecho recordar la magia y la frescura de este tipo de historias. Recordar por qué, en su día, me atraparon y, sinceramente, la considero una de las mejores novela de este género que he leído en muchos años.
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