Con este comienzo, ya os podéis imaginar cuanto juego puede dar un argumento como ese, por otra parte, muy típico en Loretta Chase. Una mujer que ha estado en un harén, durante muchos años, a la que han enseñado como complacer a los hombres de mil formas posibles y que se encuentra con Lucien de Gray, llegado a duque por accidente y su gran cómplice en la infancia.

Zoe Lexham no se convierte en el personaje más importante de la historia, y ahí reside el fallo del libro. La protagonista es imprudente hablando de cosas que no hablan las damas, hace cosas que no hacen las damas, toma la iniciativa en el terreno amoroso y no es capaz de decir no a sus deseos sexuales, pero nada más. Y si la más deseada no da juego, el libro no llega a aprovechar las situaciones. Es más, los encuentros sexuales entre Lucien y Zoe, son bastantes ordinarios, yo diría que más recatados que en otros libros, por ejemplo “Abandonada a tus caricias”.

Lucien de Grey, es un personaje interesante, bien retratado, yo creo que la autora es especialista en crear protagonistas hombres interesantes, con sentido del humor y apasionados, como por ejemplo Rupert de “Imposible”, o todo lo contrario, hombres muy comedidos, pero este Lucien no llega a la altura de otros de sus libros. Es un duque aparentemente indolente, con un corazón destrozado por tragedias familiares pero al final no sabe transmitir esa vulnerabilidad que te da enamorarte y el miedo a perder a Zoe.
La trama final es poco imaginativa y predecible, que es algo también raro esta autora que siempre da un toque de aire fresco a sus libros y de buen humor.

Estaba ansiosa por leerme su nuevo libro y me he llevado una gran decepción. Me encanta Loretta Chase pero en esta ocasión desaprovecha un buen argumento y aburre al lector.
Puntuación: 6