Cuando leí el libro de George y Billi, ya me gustó mucho el personaje de Andrew y, en este libro, me ha seguido gustando porque no ha desmerecido en nada la idea que tenía de él. Sigue siendo gracioso y aventurero. Aunque no sabía que terminaría trabajando como corsario para la corona británica, es lo que deseaba que fuera su historia, atrevida y peligrosa.

Poppy me ha gustado como protagonista, pese a su inocencia, es extrovertida, deslenguada y muy vivaz. Lo que más llama la atención en la novela son sus conversaciones. Los tira y afloja y los duelos verbales son sumamente divertidos. No obstante, de la historia también llama la atención la forma en la que terminan enamorándose totalmente.

Empiezan con un choque total de temperamentos, que pronto se va convirtiendo en atracción y más tarde en el descubrimiento de un amor que surge sin darse cuenta entre ellos. Todo esto, transcurre en el barco en el que se dirigen a Portugal. Todo va perfectamente y disfrutas de esa pareja, cuyo protagonista oculta su identidad, aunque está, en varias ocasiones, a punto de contarle la verdad.

Todos los personajes están muy bien retratados y como siempre, tengo algunos que me han gustado mucho: el grumete del barco, y los piratas que raptan a Poppy, pero todos forman un grupo que acompañan a los protagonistas y contribuyen muy bien al desarrollo de la historia.

Como siempre, he disfrutado mucho con la prosa de Julia Quinn. Tiene una forma preciosa de engancharte a sus historias bonitas y sencillas, que solo aportan entretenimiento y sonrisas.

Ahora, cuando acabo de terminar La otra Miss Bridgerton, ya empiezo a desear leer el siguiente libro de la serie, que espero sea la historia de Nicolas, el pequeño de los Rokesby.

Recomendado para las seguidoras de la autora.