Hace ya un tiempo que me leí esta novela, pero al haber pasado tanto tiempo, he de reconocer que no me acordaba de muchas cosas, aunque otras muchas llegaban a mi cabeza. Esta autora me gusta, creo que escribe de una manera sencilla pero que llega a la persona que se esté leyendo el libro en ese momento. Los protagonistas suelen enganchar desde el principio, y aunque puede ser que no a todo el mundo le guste, a mí, personalmente, es una autora que siempre logra engancharme a sus páginas.

Y en ésta ocasión no ha sido para menos, pues aunque en un principio los protagonistas se encuentran en una situación bastante comprometedora, la autora lo narra tan dulcemente, que realmente no eres consciente de que sea algo malo, aunque luego, con las indecisiones de Fleur si puedas llegar a pensar como ella.

Y Adam me ha encantado. La verdad es que yo me he quedado lejos de pensar que ha sido infiel por estar casado, porque realmente él no lo está. Y aunque ha sido fiel a su mujer todo ese tiempo, ese pequeño desliz que tiene con Fleur, se lo perdono, sobre todo porque es un personaje al que le llegas a coger mucho cariño. Además todo el tema de su pasado, hace que sea un personaje mucho más cercano y real.

Los que no me han terminado de gustar han sido los personajes secundarios, exceptuando a Pamela, la hija pequeña de Adam, que es una delicia de niña, aunque un poco malcriada en un principio y los empleados de Adam, que me han gustado que fueran tan dicharacheros. A los demás, es que directamente no me los he creído, y quizás la peor de todas es Sybil, intentando por todos los medios hacer daño a Adam y a sí misma en realidad. No me ha gustado nada.

Por lo demás, una historia que recomiendo a quien quiera leer sobre una bonita historia de amor, sencilla y llena de malentendidos, en ocasiones algo dura de leer, pero preciosa y muy entretenida.