- Romántica histórica
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La princesa dormida
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- Romántica histórica
Libro 2 de la Serie "Escocesa"
¿Es posible enamorarse de un retrato? Así empieza a creerlo Aedan Arthur MacBride, barón de Drunndenan. La belleza de la princesa dormida, protagonista de una hermosa leyenda celta capturada para siempre en un lienzo, le obsesiona desde hace años. Por eso apenas da crédito a sus ojos cuando llega a su mansión Christina Blackburn, una joven investigadora, tan hermosa como inteligente, enviada por el museo para unos trabajos arqueológicos en la zona. Porque aquella seductora mujer es la misma que posó, seis años antes, para el cuadro que ahora cuelga en su habitación. La misma mujer, pero con un extraño velo de tristeza en los ojos: para Christina, aquel cuadro es un recuerdo de una época de amor y tragedia, de inocencia y de pérdida, que la marcó para siempre. A su pesar, ahora ha de enfrentarse de nuevo a aquel cuadro maldito y, lo que es más peligroso todavía, a su tremendamente atractivo nuevo dueño.
Opiniones de los usuarios
Con un trasfondo mágico que te envuelve desde la primera a la última página, partiendo de una nueva leyenda celta, la autora teje lo que en mi opinión es una bonita historia de amor.
Tanto la historia de amor de Aedan y Christina, como la antigua leyenda entre un druida celta, el jefe del poderoso clan de los mac Brudei y la princesa tienen un tinte a cuento de hadas que hacen de ésta una lectura muy dulce. Las repercusiones de aquella leyenda alcanzan hasta la época victoriana, cuando se conocen Christina y Aedan, el descendiente de aquel jefe de clan, ahora nuevo barón de Drundennan y la joven anticuaria.
La historia de amor nace poco a poco y página a página ha ido atrapándome pues entrelazada con la trama romántica, están las leyendas que dan origen a incógnitas y subtramas de la novela. Descubrir si las ruinas halladas pertenecen o no al mismo Arturo, si existieron realmente Aedan mac Brudei y Liadan, los protagonistas de la leyenda celta, y la influencia que todo ello puede tener sobre Christina y el señor de Drundennan son los interrogantes en torno a los que gira esta novela que me ha mantenido en vilo de principio a fin. Tal vez no sea emocionante pero en su sencillez y encanto, la lectura ha sido sumamente agradable.
Me gusta mucho la manera de narrar que tiene Susan King, me encanta la minuciosidad y el mimo con que describe la época histórica en que transcurre, como entrelaza historia y leyenda hasta tejer un tapiz mágico cuyos hilos están tan unidos que es difícil diferenciarlos.
Los personajes secundarios que aparecen están muy bien retratados, desde John, el hermano pintor de Christina, pasando por Edgar Neaves, a los hombres de la cuadrilla de Aedan, Hector MacDonald y Angus Gowan, incluso la presencia de Hugh McBride es muy notable a través de sus poemas y testamento. Y, por supuesto, los protagonistas de la leyenda celta, Aedan mac Brudei y Liadan.
En mi opinión La princesa dormida es una novela muy dulce, que narra una bonita historia de amor y leyendas.
Creo que sin duda el personaje más interesante es Christina pues en los momentos en que nos describe cómo era años atrás y cómo es la joven anticuaria, nos permite ver cuan vulnerable es y cómo su matrimonio con el temperamental Stephen la ha marcado como mujer, hasta el punto que ha cambiado su manera de vestir y de comportarse, borrando de un plumazo su vida pasada y tratando de ocultar su lado más sensual.
Por otra parte, de Aedan me ha gustado la lucha que mantiene consigo mismo, entre sus ideales como ingeniero, con lo que desea que el progreso llegue a Drundennan, y el respeto y devoción por la tradición y voluntad de su padre. Ese punto tan moderno en un entorno de tradiciones arraigadas, como sucedió en La heredera domada, me ha resultado muy interesante.
Con el trasfondo de leyendas, tesoros artúricos y maldiciones, con una ambientación mágica y romántica, La princesa dormida me ha parecido una bonita historia de amor, con un sabor a cuento de hadas y una narrativa que incita a soñar y creer en mitos y caballeros legendarios.
Mi valoración es Buena.
Este libro como el primero " La heredera domada" está basado en una antigua leyenda celta que cuenta que hubo un Guerrero , jefe de un clan poderoso que pérdidamente enamorado de su mujer, la veía morir en sus brazos y conjuró un encantamiento druida para que durmiera eternamente; algo tan sublime como dormir pero no despertar...........pero no perderla para siempre.
En plena época Victoriana, Christina Blackburne es una joven viuda de profesión anticuaria y una gran estudiosa y conocedora de la cultura celta ,que trabaja para el Museo Nacional de Londres y es contratada para investigar unos antiguos muros que aparecen en la propiedad del Barón de Drundennan. Christina llega al Castillo con su hermano John que es pintor artístico para poder acabar pronto las investigaciones y volver a su rutina normal......lo que no sabe es que su vida cambiará de la noche a la mañana nada más cruzar la puerta del Castillo de Drundennan.
Aedan Macbride hereda la Baronia Drundennan, uno de los linajes más antiguos escoceses ,al morir su hermano mayor Neill en la guerra de Crimea. El es ingeniero de caminos ,acostumbrado a trabajar como uno más en su profesión y tiene que coger el testigo y promete hacer las reformas en el Castillo que su padre, un famoso poeta de Inglaterra ,había dejado por escrito antes de morir. Pero las excavaciones hacen surgir de la tierra ,vestigios de unas ruinas celtas y se tienen que paralizar los proyectos de las obras. Cuando llega Christina, el sabe que la decisión que tome esa mujer afectará su propiedad y su vida ya que si declara ella que son ruinas antiguas, la propiedad pasa a ser Monumento Nacional y tiene que abrirla al público en general....el sueño de su padre hecho cenizas.
Cuando Aedan la ve por primera vez, sabe que ella es la modelo del cuadro que tiene en su estudio privado, la mujer de la pintura.......es la mujer de sus sueños mas ocultos y temerarios. Luego se vuelven a reencontrar de la manera más espectacular......ella cayendo por unas escaleras medievales y el asistiéndola en su estudio privado de los chichones recibidos a altas horas de la noche.
Ella al ver el cuadro de nuevo le traen dolorosos recuerdos de seis años atrás ,de su primer marido Stephen Blackburn, un pintor tan famoso como trágico. Un marido que le dió mala vida y nada de amor; y que solamente era capaz de plasmar su amor en la pintura pero no en la mujer que le amaba.
Ella desea salir cuanto antes de ese castillo pero cada vez la leyenda de la Princesa dormida la va atrapando más y más hasta convertirla en un mundo de emociones y pasión y ser capaz de romper el encantamiento y maldición que pesa sobre los herederos de Drundennan: Si se casan por amor, su mujer fallecera pronto.
Aedan se enamora locamente de ella pero sabe que si se casa por amor la perderá e intenta huir de esa pasión constantemente para no hacerle daño.
Es una novela que te va atrapando lentamente....como la leyenda celta......muy lentamente. El es un personaje fuerte, muy profesional en su oficio que a veces hasta creo que nos está dando demasiadas lecciones de Ingenieria, pero su ternura y sagacidad para conseguir el amor de ella, se le pueden perdonar esos puntos de lecciones que a veces pueden resultar un poco pesados.
Tambien está muy bien relatado los paisajes escoceses, el ambiente con sabor a antiguo, medieval, celta...helechos...ruinas.
Christina me recuerda a la protagonista de amor prohibido de Laura Lee Guhrke, bajita, con gafas, sin sex-appel pero que cuando desplega las alas es la mujer más hermosa y sexy que el protagonista pueda encontrar.
Resumiendo me ha gustado, os la recomiendo , pero no para ponerle un 10.