- Romántica histórica
- La rosa de Hereford
La rosa de Hereford
Detalles del libro
- Romántica histórica
A veces, solo en la adversidad descubrimos nuestro auténtico coraje.
En plena campaña contra Napoleón y tras la muerte de su hermano, Nicholas Hancock abandona el ejército para convertirse en el nuevo conde de Sedgwick. Con él trae una promesa que se verá forzado a romper cuando la joven Madeleine Radford se cruce en su camino. Obligado a contraer matrimonio con ella para evitar un escándalo, Nicholas decide desterrarla a su propiedad más modesta y alejada de Londres.
Once años después, tras coincidir en una fiesta, el rey expresará su deseo de conocer a su esposa Madeleine, y Nicholas no tendrá más remedio que volver a buscarla. Pero la mujer que encontrará en Hereford ya no es la joven asustada y tímida que dejó atrás. Ni aquella humilde propiedad es la misma que él le legó.
¿Puede el amor nacer entre las cenizas del rencor? ¿Y el tiempo curar las heridas del despecho? Nicholas y Madeleine tendrán que enfrentarse a su pasado para descubrirlo.
Opiniones de los usuarios
Entre algunos de los aspectos negativos que también leí por Internet se encontraba el de su número de páginas. Bien, yo soy muy fan de Jane Austen -como todo el mundo sabe, amén de que está muy bien traída en este caso- y la autora británica tiene una frase muy famosa que dice "Si un libro está bien escrito, siempre lo encuentro muy corto" y en este caso, se cumple a la perfección.
De hecho, si yo tuviera que ponerle un pero a esta historia, ese sería Nicholas, el protagonista, quien no ha terminado de redimirse a mis ojos. Sí que es cierto que tiene un arco argumental muy bien desarrollado y que al final se da cuenta de sus errores y cambia, pero... lo lamento, es demasiado el sufrimiento que crea a la protagonista como para que yo le perdone. Eso sí, le agradezco enormemente a Brenna la creación de este personaje porque, el desfogue que me he pegado a su costa -y a la de su familia también- ha sido utilísimo para liberar tensiones ya que le he llamado lo más grande.
Como rasgo positivo de su carácter destacaría su lealtad para con sus amigos -en cierto modo, eso es lo que desencadena todo - y la fidelidad en sus convicciones, pues tarda nada menos que once años en darse cuenta de que estaba equivocado.
A priori, el lector puede pensar que se trata de una historia de amor que tiene a Nicholas y Madeleine como protagonistas. Sin embargo, esa trama para mí es secundaria. Sinceramente yo creo que lo que La rosa de Hereford nos narra es la una biografía e historia de superación de nuestra protagonista.
Una mujer que es digna de mi empatía y mi admiración más grandes. Es toda una reina y con una de las evoluciones y arcos argumentales más grandes que he leído en este tipo de novelas. Algo que tenemos que agradecer a Nicholas muy a mi pesar.
Si no la hubiera atado a él - porque sí amigo, fue culpa tuya que os pillaran in fraganti en mitad del beso ya que uno: ella estaba allí primero y dos: en ningún momento mostró interés alguno por ti- y se hubiera avergonzado tanto de ella hasta el punto de enviarla a la propiedad más alejada y ruinosa de Londres, ella no hubiera podido desarrollarse por completo, conocerse a sí misma a la perfección y actuar con una libertad poco común para las mujeres de la época. Por no hablar de que, sin quererlo, Nicholas le da el regalo más deseado por ella: gente que la quiera.
Al hilo de esto, creo que la autora usa de manera magistral la metáfora comparando Blackrose Manor con los personajes, avisando que ambos son más que una primera apariencia - y con la relación amorosa de ambos, la cual empieza en ruinas pero termina creciendo hasta alcanzar su máximo esplendor.
Algo similar sucede con la rosa negra y Madeleine: ambas son raras avis, su belleza no gusta a todos pero terminan convirtiéndose en el símbolo del lugar, casi del condado de Hereford podría decirse y sobre todo, que sabe crecerse en la adversidad. Hecho que se aprecia en Londres sobre todo.
Huelga decir que mi parte preferida del libro es en la que se narra el crecimiento personal de ella en Hereford y cómo establece relaciones personales de lo más variopintas con los habitantes del lugar. Mi preferida sin duda es la de los hermanos Colton.
En cuanto a su viaje de vuelta a Londres tras once años de ostracismo, he disfrutado muchísimo en su visita al Museo Británico y su interés con el Antiguo Egipto. Me sentí muy identificada con su búsqueda de la Piedra Rosetta, si bien yo tuve muchos más problemas que ella para verla con tranquilidad porque tuve que luchar con una horda de asiáticos que había construido una muralla china a su alrededor e impedía que el resto de visitantes se acercara.
Mientras leía, no solo ha aflorado el lado violento, también ha habido momentos de sonrisas. Especialmente en la estupefacción de Nicholas cuando vuelve a verla y descubre cómo se ha transformado su desmantelada propiedad, así como su incapacidad de poder manejar toda aquella situación en la que ella esté envuelta y darse cuenta de que se ha equivocado y ya no es la joven sumisa y apocada que tiempo atrás dejó. Han pasado once años desde ese momento, era lógico que evolucionara, por otra parte.
A pesar de que Madeleine me encanta, el único fallo que tiene la reina y diosa de Hereford es su debilidad con Nicholas, a pesar del tiempo y todo el daño que le ha causado... apenas chasquea los dedos y ella cae. No critico esto cuando realmente se aprecia el inicio del cambio, sino desde el principio.
Por último, no me gustaría concluir este post sin destacar el final de la obra, no hablo de la evolución de Nicholas, que también. Me refiero al final y al epílogo. Me pareció magnífico, aunque no sé si la decisión por parte de él podía hacerse. Pero ¿el modo en que cerró la historia? Un círculo perfecto por el que una no puede hacer otra cosa que quitarse el sombrero y darle la más sincera enhorabuena a la autora.
Bueno, sí que puedo hacer algo más. Y es que os leáis su historia.
Os cautivará y conmoverá de tan preciosa como es.
La rosa de Hereford es una novela romántica histórica que encierra entre sus páginas una trama tremendamente original y adictiva.
Hablar de esta historia sin desvelar datos importantes es realmente difícil. Para poneros antecedentes, aunque ya tenemos la sinopsis que resume muy bien lo que vamos a encontrar, os cuento que por un lado tenemos a la joven Madeleine. Ella es una mujer que sigue las estrictas normas de su madre, y por esta causa se ve envuelta en una situación que hará que su vida cambie tantísimo que para Madeleine es difícil de asumir.
En este giro de la vida de Madeleine tenemos también como protagonista a Nicholas Hancock, un joven que acaba de llegar de la guerra contra Napoleón, y como si no hubiera sido bastante con todo lo que perdió allí, ahora se ve obligado a no cumplir su promesa y verse privado de su libertad por culpa de una joven arpía.
El comienzo de la novela, y por lo tanto de la historia entre Nicholas y Madeleine es como poco, impresionante. Desde este comienzo ya se puede intuir que va a ser una historia cargada de detalles tan apoteósicos y moemtnos tan memorables que harán que el lector no podamos despegarnos de sus páginas, pues cada capítulo es más y mejor. Y así hasta el final.
En esta obra tan absolutamente maravillosa tenemos una historia tan exquisita que ha conseguido remover en mi interior toda clase de emociones, dejándome a ratos totalmente devastada, a ratos verdaderamente enamorada.
La autora escribe tan bien, tan elegante y con tanto cuidado y mimo que es imposible no ver, sentir, oler y prácticamente palpar cada lugar, cosa o emoción que describa. Su pluma es tan impresionante que se nota el gran trabajo que hay detrás de esta preciosa novela.
Lo poco que había leído con anterioridad de Brenna Watson ya me había dejado subyugada a ella y su deliciosa manera de escribir. Pero con esta novela sube considerablemente en mi lista de autoras imprescindibles y novelas favoritas.
Hasta el momento y aún quedando mucho año de lecturas por delante, La rosa de Hereford queda ya y sin lugar a dudas entre una de mis mejores lecturas del año. Y una de mis joyas favoritas.
Aunque he tenido la suerte en la últimos meses de leer diferentes y precisas historias, llevaba tiempo sin sentir todo lo que he sentido con esta novela.
Esa sensación de meterme tantísimo en la trama, de sentir en mi piel lo que sienten los personajes. Conseguir que viva con tal intensidad una historia así, llorando, riendo, suspirando, enfadándome, emocionando tanto, tantísimo. Que me ha removido todo por dentro y me ha cogido tantas veces ese pellizco en el pecho...
Ha sido de esas lecturas que hacen que mueras de ganas de devorar sus páginas para saber más. Pero a la misma vez quieres dosificar para no acabarla tan pronto.
De esas, que cuando lees "Fin" y cierras el libro, dan ganas de volverlo a empezar.
De esas, que de vez en cuando te gusta releer, para recrearte de nuevo en su lectura y despertar esas magníficas sensaciones que dejan en ti.
De esas, que deja resaca literaria. Que cuesta olvidar y aún más cuesta desprenderse de esas emociones que te han despertado.
Repito hasta la saciedad que estamos ante una de las joyas románticas históricas. Es una absoluta maravilla.
Solo tengo elogios para ella. Y si tengo que poner un "pero" es que me ha sabido a poco. Sí unas quinientas y pico de páginas se me han pasado de un plumazo y me encantaría hacer tenido otras quinientas (o las que fueran) más de estos personajes. Sobre todo de Madeleine por supuesto. Un personaje digno de admirar por y para siempre.
No me queda más que recomendar encarecidamente esta novela. Tenéis que leer esta historia.
Gracias Brenna. Gracias por hacerme sentir tantas cosas y haberme llevado allí con Madeleine a vivir todas esas aventuras. Y por supuesto, enhorabuena.