Detalle de la opinión
4.3 3 0.5Es una bonita historia
Valoración
4.5
Cuando leí Un coronel para Lady Briana me quedé con las ganas de conocer la historia de El capitán Kirk y Lady Elisabeth, ya que Verónica nos iba dejando caer escenas de esta pareja que prometían, además del epílogo, que ya dejaba ver que lo íbamos a pasar pero que muy bien. Por fin he tenido el gusto de leer esta maravillosa historia, y ahora solo puedo decir que ya espero ansiosa que lleguen pronto Ryan y Olivia.
Cuando volvieron de la guerra los tres amigos, Kirk, Frederick y Ryan, todos volvieron tocados, unos físicamente y otros mentalmente. Este es el caso de nuestro capitán, al que todos temen por su carácter arisco y por el semblante tan temible que siempre lleva.
Lady Elisabeth, a la que conocimos bastante en la anterior entrega, ya que es la mejor amiga de Briana, lleva ya varias temporadas sin tener proposiciones matrimoniales. Su madre se ha empeñado en que esta sea la definitiva y que acepte cualquier marido que se preste. Sin embargo, ella siempre ha soñado con lord Perth, aunque éste nunca la ha mirado ni se ha dirigido a ella.
Pero justo entonces el lord cambia su actitud hacia ella y pide su mano, ella encantada de que al fin podrá casarse y hará su sueño realidad. Aunque cuando lo va conociendo se siente cada vez más desencantada y con ganas de aislarse y vivir su soltería con lo que de verdad le gusta, el trabajo en el campo.
Una escapada hará que deje de estar prometida con Perth y acabe estándolo con el duque de Kensington, un hombre que le da un poco de miedo, pero que también le hace sentir mariposas en el estómago, aunque este no está por la labor de casarse.
¿Podrá Elisabeth derribar la coraza que ha erigido a su alrededor el duque?
Me ha gustado esta historia tanto o más que la anterior, aunque en esta ocasión no me he reído a carcajadas como con Briana, pero también me lo he pasado muy bien.
Elisabeth es una joven decidida a pasar de encontrar marido y dedicarse a las tareas del campo, algo que siempre le ha gustado, pero que no está bien visto en la sociedad en la que vive.
Durante años ha suspirado por un hombre que rápidamente cae de su pedestal, y en un momento dado encuentra ayuda en el duque demente. Pero este acabará por volverla loca, porque es un poco como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
Me ha gustado mucho su carácter, es decidida, impulsiva, emprendedora y valiente, no duda en enfrentarse a la sociedad y hacer lo que realmente quiere, cuando su madre no mete baza, claro está.
Kirk, conocido como "el duque demente" por su mal carácter y lo distante que es, ha vuelto traumatizado de una guerra cruel, sus pesadillas le asustan y teme causar dolor. Aunque desde hace cuatro años que su corazón está ocupado por una jovencita rebelde, y que le pone los nervios de punta, no tiene pensado casarse, y hará todo lo que esté en su mano para evitarlo, aunque tampoco le hace ninguna gracia ver moscardones alrededor de ella.
Me ha gustado ver cómo van cayendo sus barreras, una a una, y lo que le cuesta hablar de sentimientos, pero con Elisabeth ha dado con la horma de su zapato y no se lo pondrá nada fácil.
Como secundarios tenemos prácticamente los mismos que en el libro anterior, además los dos suceden simultáneamente. Por eso nos vamos a encontrar escenas que entonces pasaron de soslayo y ahora sabemos que ocurrió realmente.
Me ha gustado la participación de Ryan y el jaleo que se lleva con Olivia, pero sobre todo la de Ángela y Monty. Ángela es un personaje que ya me encantó, y es que hay que adorarla, ya que es una simpática y temible metomentodo que siempre ayuda a los que quiere y si es necesario les da el empujoncito que les hace falta, y con Monty me he reído mucho porque a veces se hace el tonto la mar de bien.
El estilo de la autora me gusta mucho, es sencillo, directo y de fácil lectura, con diálogos divertidos y buena ambientación de la época.
Un capitán para Lady Elisabeth es una bonita historia, amena, fresca, divertida en ocasiones y emotiva también. Con unos personajes de carácter fuerte, cabezotas y que aunque mantienen un constante tira y afloja, se complementan a la perfección. Además los acompañan un gran elenco de secundarios que los fortalecen.
Cuando volvieron de la guerra los tres amigos, Kirk, Frederick y Ryan, todos volvieron tocados, unos físicamente y otros mentalmente. Este es el caso de nuestro capitán, al que todos temen por su carácter arisco y por el semblante tan temible que siempre lleva.
Lady Elisabeth, a la que conocimos bastante en la anterior entrega, ya que es la mejor amiga de Briana, lleva ya varias temporadas sin tener proposiciones matrimoniales. Su madre se ha empeñado en que esta sea la definitiva y que acepte cualquier marido que se preste. Sin embargo, ella siempre ha soñado con lord Perth, aunque éste nunca la ha mirado ni se ha dirigido a ella.
Pero justo entonces el lord cambia su actitud hacia ella y pide su mano, ella encantada de que al fin podrá casarse y hará su sueño realidad. Aunque cuando lo va conociendo se siente cada vez más desencantada y con ganas de aislarse y vivir su soltería con lo que de verdad le gusta, el trabajo en el campo.
Una escapada hará que deje de estar prometida con Perth y acabe estándolo con el duque de Kensington, un hombre que le da un poco de miedo, pero que también le hace sentir mariposas en el estómago, aunque este no está por la labor de casarse.
¿Podrá Elisabeth derribar la coraza que ha erigido a su alrededor el duque?
Me ha gustado esta historia tanto o más que la anterior, aunque en esta ocasión no me he reído a carcajadas como con Briana, pero también me lo he pasado muy bien.
Elisabeth es una joven decidida a pasar de encontrar marido y dedicarse a las tareas del campo, algo que siempre le ha gustado, pero que no está bien visto en la sociedad en la que vive.
Durante años ha suspirado por un hombre que rápidamente cae de su pedestal, y en un momento dado encuentra ayuda en el duque demente. Pero este acabará por volverla loca, porque es un poco como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer.
Me ha gustado mucho su carácter, es decidida, impulsiva, emprendedora y valiente, no duda en enfrentarse a la sociedad y hacer lo que realmente quiere, cuando su madre no mete baza, claro está.
Kirk, conocido como "el duque demente" por su mal carácter y lo distante que es, ha vuelto traumatizado de una guerra cruel, sus pesadillas le asustan y teme causar dolor. Aunque desde hace cuatro años que su corazón está ocupado por una jovencita rebelde, y que le pone los nervios de punta, no tiene pensado casarse, y hará todo lo que esté en su mano para evitarlo, aunque tampoco le hace ninguna gracia ver moscardones alrededor de ella.
Me ha gustado ver cómo van cayendo sus barreras, una a una, y lo que le cuesta hablar de sentimientos, pero con Elisabeth ha dado con la horma de su zapato y no se lo pondrá nada fácil.
Como secundarios tenemos prácticamente los mismos que en el libro anterior, además los dos suceden simultáneamente. Por eso nos vamos a encontrar escenas que entonces pasaron de soslayo y ahora sabemos que ocurrió realmente.
Me ha gustado la participación de Ryan y el jaleo que se lleva con Olivia, pero sobre todo la de Ángela y Monty. Ángela es un personaje que ya me encantó, y es que hay que adorarla, ya que es una simpática y temible metomentodo que siempre ayuda a los que quiere y si es necesario les da el empujoncito que les hace falta, y con Monty me he reído mucho porque a veces se hace el tonto la mar de bien.
El estilo de la autora me gusta mucho, es sencillo, directo y de fácil lectura, con diálogos divertidos y buena ambientación de la época.
Un capitán para Lady Elisabeth es una bonita historia, amena, fresca, divertida en ocasiones y emotiva también. Con unos personajes de carácter fuerte, cabezotas y que aunque mantienen un constante tira y afloja, se complementan a la perfección. Además los acompañan un gran elenco de secundarios que los fortalecen.