Llevaba mucho tiempo dándole vueltas a este libro, por algún motivo no me llamaba mucho leerlo, pensaba que no me gustaría, pero me he llevado una grata sorpresa con él. No será ninguna maravilla de libro, pero me he encontrado con una historia muy bonita y sencilla de la que he disfrutado mucho.

Olivia es la joven hija del vicario de un pequeño pueblo que al morir su padre se ve en la necesidad de entra a trabajar en la mansión del conde gitano para poder mantenerse ella y su hermana ciega.

Nadie conoce al nuevo conde que además de ser ilegítimo cuenta con el estigma de ser medio gitano, lo que pone a todo el pueblo en contra de su regreso, pues los prejuicios contra este gente producen rechazo en todo el mundo.

Olivia trabaja duro en la mansión a pesar de contar con una buena educación, pero necesita el dinero para poder llevar a su hermana Emily a un médico de Londres. Su padre fue asesinado por un gitano y su hermana pequeña sufre ceguera desde entonces debido a una mala caída. Pese a todos esos reveses, es una joven luchadora y optimista que adora a su hermana.

Cuando conoce al Conde, pese a su rechazo inicial, no puede evitar fijarse en la atracción que este despierta en ella, y en que no se comporta ni es para nada como ella esperaba.

Dominic no ha tenido una vida muy fácil, su madre era gitana y cuando e quedó embarazada del conde fue abandonada por este. Los primeros años de su niñez fueron una apacible infancia con los gitanos, hasta que su padre incapaz de engendrar más hijos, va en su busca y se lo lleva para convertirlo en su heredero, pero durante todos esos años le hace saber de muchas maneras lo mucho que lo detesta y el asco que le da que sea su hijo.

Marcado por ser un mestizo que no pertenece ni a una raza ni a otra, logra hacerse un hueco en la sociedad londinense, pero no pasa así cuando llega al pequeño pueblo donde está la mansión familiar, donde los lugareños se muestran abiertamente hostiles con él.

A parte de eso, en su llegada , Dominic conoce de una manera muy accidentada a Olivia, y desde ese momento se siente atraído por la dulce chica que trabaja en su casa, pero los prejuicios, los miedos y las dudas, llevarán a muchos mal entendidos.

Y mientras Emily, la hermana ciega de Olivia, es una chica que el mismo día que presencia el asesinato de su padre, se queda ciega. Desde entonces está sumida en la melancolía y se siente una inútil, hasta que un día conoce a un hombre amable y misterioso que despierta en ella un sin fin de emociones.

Una historia muy sencilla, bonita y fácil de leer, donde nos encontramos con dos historias igual de bonitas y dulces , y donde podemos comprobar hasta que punto los prejuicios y la incomprensión de la gente puede hacer daño y marcarte de por vida.