Detalle de la opinión
4.7 3 0.5Divertida y entretenida
Valoración
4.0
Ahora le toca el turno a Colin, el tercer varón de los Bridgerton, en esta cuarta novela de la saga, y el romance que surgirá entre él y Penélope Fetherington. Y además se revelará un misterio presente ya desde el primer libro de la serie.
A Penélope ya la conocíamos de las anteriores novelas. Era la chica sosa y aburrida a la que nadie sacaba a bailar, ya que era la “fea del baile”; la chica un poco rellenita a la que su madre no la tenía en gran estima y la vestía con ropas que no la favorecían en absoluto; la mejor amiga de Eloise Bridgerton y la chica que estaba enamorada en secreto de Colin Bridgerton desde años atrás. Bajo esa apariencia insignificante se esconde una mujer inteligente, ingeniosa y alegre. Ella ha asumido que a su edad de veintiocho años ya nunca se casará y mucho menos con Colin, pues ni si quiera se fija en ella, pero no por ello se siente acomplejada. Ella tiene sueños y aspiraciones de mujer independiente, aunque en la época en la que vive son muy difíciles de alcanzar.
Y Colin es el chico guapo, simpático al que todo el mundo quiere, sin embargo hay algo que le atormenta y que nadie sabe, y es que se siente vacío por dentro, sin ningún objetivo en la vida. Siempre que puede se marcha de viaje al extranjero, alejándose de todo lo que le rodea, quizás como una forma de encontrarse a sí mismo. Pero Colin tiene una gran pasión que nadie conoce y es la escritura. Se siente feliz escribiendo, pero no quiere darse a conocer, por miedo a que no se le considere lo suficientemente bueno y sea rechazado. Solamente Penélope descubre su secreto.
Y entre los sucesivos encuentros que se van sucediendo entre ellos, Colin descubrirá que ama a Penélope. ¿Y cuándo se enamoró de ella? Teniendo en cuenta que la conoce desde hace tiempo y que para él solamente era la mejor amiga de su hermana y la chica a la que tenía que sacar a bailar porque se lo pedía su madre, parece un poco precipitado que de repente comprenda que la quiere. Quizás es que por fin descubre la belleza interior de Penélope o simplemente, quizás, es que el amor ya se encontraba ahí y solo necesitaba un poco de atención para darse cuenta. De todas formas, me parece encantadora la manera en que se produce este enamoramiento.
Los demás familiares Bridgerton también aparecen alrededor de la trama, aunque la que más se hacen notar son Eloise y Hyacinth, así como Violet, la matriarca de la familia. Y entre otros personajes, que puedan tener importancia en esta historia, hay que mencionar en especial a lady Danbury, esa anciana de lengua viperina que pone a todo el mundo en su sitio y de la que todos huyen cuando la ven en los bailes, pero aquí adquiere un protagonismo muy simpático, sobre todo con el gran apoyo que muestra hacia Penélope.
Por otro lado, por fin se descubre un misterio presente desde la primera novela; sí, ya sabéis a qué me refiero, ¿quién es realmente Lady Whistledown? Esa misteriosa mujer que trae de cabeza la alta sociedad londinense, con sus chismes y cotilleos y que no ha dejado en muy buen lugar a casi nadie. A estas alturas, lo más probable es que tod@s, o casi tod@s los que habéis leído la saga Bridgerton, ya sepáis quien es, sin embargo, no seré yo quien lo diga, ese es un secreto que hay que descubrir leyendo la novela. Solamente me pareció que, ya que es algo que nos intriga desde el primer libro debería haber sido un poco más espectacular la forma en que se desvela.
Como en los anteriores libros de la saga, en este se suceden escenas y diálogos de lo más divertidos. A destacar la pedida de mano de Penélope, en la que la autora ha sabido construir de forma genial, una situación de lo más cómica. Para mí, una de las mejores que se suceden en la novela.
Seduciendo a Mr. Bridgerton, se puede decir que es una novela divertida, amena, de fácil lectura, muy en la línea de las anteriores de la saga. Pero, además de ello, no deja de mostrar un mensaje muy valioso: la verdadera belleza se encuentra en el interior. Cono sucede con los protagonistas de la historia, lo más importante no es quedarse con el exterior y lo superficial que puede tener una persona, sino saber mirar en su interior y descubrir lo fascinante que puede llegar a ser.
A Penélope ya la conocíamos de las anteriores novelas. Era la chica sosa y aburrida a la que nadie sacaba a bailar, ya que era la “fea del baile”; la chica un poco rellenita a la que su madre no la tenía en gran estima y la vestía con ropas que no la favorecían en absoluto; la mejor amiga de Eloise Bridgerton y la chica que estaba enamorada en secreto de Colin Bridgerton desde años atrás. Bajo esa apariencia insignificante se esconde una mujer inteligente, ingeniosa y alegre. Ella ha asumido que a su edad de veintiocho años ya nunca se casará y mucho menos con Colin, pues ni si quiera se fija en ella, pero no por ello se siente acomplejada. Ella tiene sueños y aspiraciones de mujer independiente, aunque en la época en la que vive son muy difíciles de alcanzar.
Y Colin es el chico guapo, simpático al que todo el mundo quiere, sin embargo hay algo que le atormenta y que nadie sabe, y es que se siente vacío por dentro, sin ningún objetivo en la vida. Siempre que puede se marcha de viaje al extranjero, alejándose de todo lo que le rodea, quizás como una forma de encontrarse a sí mismo. Pero Colin tiene una gran pasión que nadie conoce y es la escritura. Se siente feliz escribiendo, pero no quiere darse a conocer, por miedo a que no se le considere lo suficientemente bueno y sea rechazado. Solamente Penélope descubre su secreto.
Y entre los sucesivos encuentros que se van sucediendo entre ellos, Colin descubrirá que ama a Penélope. ¿Y cuándo se enamoró de ella? Teniendo en cuenta que la conoce desde hace tiempo y que para él solamente era la mejor amiga de su hermana y la chica a la que tenía que sacar a bailar porque se lo pedía su madre, parece un poco precipitado que de repente comprenda que la quiere. Quizás es que por fin descubre la belleza interior de Penélope o simplemente, quizás, es que el amor ya se encontraba ahí y solo necesitaba un poco de atención para darse cuenta. De todas formas, me parece encantadora la manera en que se produce este enamoramiento.
Los demás familiares Bridgerton también aparecen alrededor de la trama, aunque la que más se hacen notar son Eloise y Hyacinth, así como Violet, la matriarca de la familia. Y entre otros personajes, que puedan tener importancia en esta historia, hay que mencionar en especial a lady Danbury, esa anciana de lengua viperina que pone a todo el mundo en su sitio y de la que todos huyen cuando la ven en los bailes, pero aquí adquiere un protagonismo muy simpático, sobre todo con el gran apoyo que muestra hacia Penélope.
Por otro lado, por fin se descubre un misterio presente desde la primera novela; sí, ya sabéis a qué me refiero, ¿quién es realmente Lady Whistledown? Esa misteriosa mujer que trae de cabeza la alta sociedad londinense, con sus chismes y cotilleos y que no ha dejado en muy buen lugar a casi nadie. A estas alturas, lo más probable es que tod@s, o casi tod@s los que habéis leído la saga Bridgerton, ya sepáis quien es, sin embargo, no seré yo quien lo diga, ese es un secreto que hay que descubrir leyendo la novela. Solamente me pareció que, ya que es algo que nos intriga desde el primer libro debería haber sido un poco más espectacular la forma en que se desvela.
Como en los anteriores libros de la saga, en este se suceden escenas y diálogos de lo más divertidos. A destacar la pedida de mano de Penélope, en la que la autora ha sabido construir de forma genial, una situación de lo más cómica. Para mí, una de las mejores que se suceden en la novela.
Seduciendo a Mr. Bridgerton, se puede decir que es una novela divertida, amena, de fácil lectura, muy en la línea de las anteriores de la saga. Pero, además de ello, no deja de mostrar un mensaje muy valioso: la verdadera belleza se encuentra en el interior. Cono sucede con los protagonistas de la historia, lo más importante no es quedarse con el exterior y lo superficial que puede tener una persona, sino saber mirar en su interior y descubrir lo fascinante que puede llegar a ser.