Dada la poca oferta que hay últimamente en cuanto a novela romántica histórica en el mercado, me decidí a leer a esta escritora motivada por las buenas opiniones que he leído.

Puedes besar a la novia me gustó bastante, lo suficiente como para animarme a leer este otro, a pesar de la espantosa portada que tiene. Sí, quiero, milord me ha gustado menos porque me ha parecido un poquito denso, sobre todo al principio. A medida que iba avanzando en la lectura el ritmo se hacía más ágil y al final conseguí meterme en la historia e incluso me ha gustado más de lo que esperaba.

El argumento no es nada novedoso, pero a las lectoras de romántica histórica como yo creo que les puede resultar una novela entretenida si no se busca algo demasiado intenso. Un matrimonio obligado, diálogos divertidos, batallas verbales y dos protagonistas interesantes, fuertes, bien perfilados, aunque un poco tercos.

Tengo que añadir que sin ser una novela demasiado profunda a veces toca temas un poco más serios que sí me han llegado a tocar el corazoncito en alguna ocasión.

Los dos protagonistas me han gustado bastante, son de armas tomar cada uno a su manera. Sin embargo, pese a su fuerte carácter, los dos tienen miedos, inseguridades y debilidades. Él tiene un pasado complicado y juntos tienen que aprender a avanzar dejando a un lado el pasado y los obstáculos.

Lo recomiendo. En general es una historia entretenida que me ha hecho pasar unas buenas horas de lectura. En un principio me pareció un poco lento, pero luego mejoró. No es de lo mejor que he leído. Tampoco es un libro original, ni mucho menos, aunque es agradable y ameno.