Detalle de la opinión
4.0 2 0.5Me ha parecido una historia preciosa
Valoración
5.0
En su lecho de muerte, Marjorie MacKay hace prometer a su hija Juliana dos cosas: entregar una carta a Duncan Mackenzie y devolverle el dinero que a lo largo de los años, éste le ha dado para ayudarle a cuidar a sus dos hijos. Juliana no es partidaria de hacer tales cosas, pero sucumbe ante la agonía de su querida madre, así que accede a cumplir tal promesa.
Camino a Kintail sufre un pequeño percance con una oveja, resultado del cual acaba en el lago, herida y sin memoria.
De este modo la encuentra Robbie Mackenzie, el hijo de Duncan, que embelesado por la belleza de la joven, se la lleva con él hacia la propiedad de su padre, Eilean Creag Castle, adonde regresa después de diez largos años fuera de ésta.
Durante estos años ha recorrido las Highlands labrándose su propio nombre, respetado por los hombres y venerado con adoración por las mujeres. Ahora, ya llegado el momento de su regreso para ocupar su lugar al frente del clan Mackenzie y cumplir con su deber, casarse con Euphemia Macleod, hija del líder de otro clan. De este modo sellarán un pacto de alianza entre ambos clanes.
No obstante la aparición de Juliana da al traste con los planes pactados. Inmediatamente surge una atracción sin límites entre ambos jóvenes, pese a las vicisitudes que les rodean. Robbie está comprometido a otra mujer, que además a su llegada se encuentra bajo el techo de Eilean Creag. Una mujer enfermiza, frágil y que desde el principio muestra una ira ilógica por Robbie, mas aún así no le facilita en absoluto la ruptura del compromiso, algo que el laird Mackenzie, Duncan, desaprueba totalmente.
Por otra parte el desconocer la identidad de Juliana es otro problema, ya que ésta va asociada a un antiguo secreto que une a MacKay y Mckenzie, pero la joven no puede recordarlo. De modo que el sentimiento que nace entre Juliana y Robbie se encuentra inmediatamente abocado a la desdicha y una intensa lucha por parte de ambos para vencer todos y cada uno de los obstáculos con que tropiezan en el camino.
Nuevamente Sue Ellen Welfonder teje una historia preciosa enmarcada en la Escocia medieval y entorno a los Mackenzie. Con la magia que ya desplegó en anteriores libros vuelve a retratarnos las Highlands, de tal modo que mientras lees sientes casi como si estuvieras allí.
Entremezclando las descripciones de los páramos, castillos y lagos escoceses con las vivencias de los protagonistas crea una novela que te hace sumergirte literalmente en ella.
El personaje de Robbie es el de un joven que pese al rango que por derecho le corresponde, ha luchado duramente para lograr el respeto por sí mismo. Juliana, es una joven valiente y decidida, que pese a su estado de amnesia, lucha y planta cara ante todo. Por lo que la relación entre la pareja es muy intensa, más aún por la dulzura que muestra en todo momento Robbie, algo que me ha sorprendido, ya que esperaba que su carácter fuera tan explosivo como el de su padre.
Además volvemos a toparnos con Linnet, Sir Marmaduke y Caterine, de modo que conocemos como han transcurrido sus vidas a lo largo de todos estos años. Conocemos a dos personajes que, a mi particularmente, me han encantado por la alegría y travesura que transmiten en todo momento, Arabella y Genis, hijas de Duncan y Linnet, de las que espero Welfonder escriba sus libros porque serían inolvidables, sin duda. Sin olvidar tampoco el personaje de Kenneth, hermano de Juliana, cuyo papel es bastante importante en la novela.
La trama de novela está basada sobre todo en la relación entre Juliana y Robbie, cómo está va cambiando, cómo se van descubriendo nuevos detalles sobre el pasado de la joven. Sin olvidar al resto de personajes, cuyas apariciones marcan el hilo de la historia. Además hay varios secretos a desvelar, el de Euphemia y el de Juliana.
En resumen, me ha parecido una historia preciosa, aunque a mi parecer es más bien la historia de Juliana y Robbie, ya que al margen de cómo se desarrolla la relación entre ambos no hay grandes aspectos a destacar, pero las emociones y sentimientos que transmiten te atraen de tal modo, que es al acabar el libro que descubres no ha habido mayores misterios y que ésta ha girado exclusivamente entorno a ellos.
Uno de los aspectos que más me han gustado en la reaparición de los personajes ya conocidos y ese toque de misticismo y magia que, en mi opinión, desprenden todos los libros de Sue Ellen Welfonder.
Camino a Kintail sufre un pequeño percance con una oveja, resultado del cual acaba en el lago, herida y sin memoria.
De este modo la encuentra Robbie Mackenzie, el hijo de Duncan, que embelesado por la belleza de la joven, se la lleva con él hacia la propiedad de su padre, Eilean Creag Castle, adonde regresa después de diez largos años fuera de ésta.
Durante estos años ha recorrido las Highlands labrándose su propio nombre, respetado por los hombres y venerado con adoración por las mujeres. Ahora, ya llegado el momento de su regreso para ocupar su lugar al frente del clan Mackenzie y cumplir con su deber, casarse con Euphemia Macleod, hija del líder de otro clan. De este modo sellarán un pacto de alianza entre ambos clanes.
No obstante la aparición de Juliana da al traste con los planes pactados. Inmediatamente surge una atracción sin límites entre ambos jóvenes, pese a las vicisitudes que les rodean. Robbie está comprometido a otra mujer, que además a su llegada se encuentra bajo el techo de Eilean Creag. Una mujer enfermiza, frágil y que desde el principio muestra una ira ilógica por Robbie, mas aún así no le facilita en absoluto la ruptura del compromiso, algo que el laird Mackenzie, Duncan, desaprueba totalmente.
Por otra parte el desconocer la identidad de Juliana es otro problema, ya que ésta va asociada a un antiguo secreto que une a MacKay y Mckenzie, pero la joven no puede recordarlo. De modo que el sentimiento que nace entre Juliana y Robbie se encuentra inmediatamente abocado a la desdicha y una intensa lucha por parte de ambos para vencer todos y cada uno de los obstáculos con que tropiezan en el camino.
Nuevamente Sue Ellen Welfonder teje una historia preciosa enmarcada en la Escocia medieval y entorno a los Mackenzie. Con la magia que ya desplegó en anteriores libros vuelve a retratarnos las Highlands, de tal modo que mientras lees sientes casi como si estuvieras allí.
Entremezclando las descripciones de los páramos, castillos y lagos escoceses con las vivencias de los protagonistas crea una novela que te hace sumergirte literalmente en ella.
El personaje de Robbie es el de un joven que pese al rango que por derecho le corresponde, ha luchado duramente para lograr el respeto por sí mismo. Juliana, es una joven valiente y decidida, que pese a su estado de amnesia, lucha y planta cara ante todo. Por lo que la relación entre la pareja es muy intensa, más aún por la dulzura que muestra en todo momento Robbie, algo que me ha sorprendido, ya que esperaba que su carácter fuera tan explosivo como el de su padre.
Además volvemos a toparnos con Linnet, Sir Marmaduke y Caterine, de modo que conocemos como han transcurrido sus vidas a lo largo de todos estos años. Conocemos a dos personajes que, a mi particularmente, me han encantado por la alegría y travesura que transmiten en todo momento, Arabella y Genis, hijas de Duncan y Linnet, de las que espero Welfonder escriba sus libros porque serían inolvidables, sin duda. Sin olvidar tampoco el personaje de Kenneth, hermano de Juliana, cuyo papel es bastante importante en la novela.
La trama de novela está basada sobre todo en la relación entre Juliana y Robbie, cómo está va cambiando, cómo se van descubriendo nuevos detalles sobre el pasado de la joven. Sin olvidar al resto de personajes, cuyas apariciones marcan el hilo de la historia. Además hay varios secretos a desvelar, el de Euphemia y el de Juliana.
En resumen, me ha parecido una historia preciosa, aunque a mi parecer es más bien la historia de Juliana y Robbie, ya que al margen de cómo se desarrolla la relación entre ambos no hay grandes aspectos a destacar, pero las emociones y sentimientos que transmiten te atraen de tal modo, que es al acabar el libro que descubres no ha habido mayores misterios y que ésta ha girado exclusivamente entorno a ellos.
Uno de los aspectos que más me han gustado en la reaparición de los personajes ya conocidos y ese toque de misticismo y magia que, en mi opinión, desprenden todos los libros de Sue Ellen Welfonder.