La historia de los Westfield continua, y no pude ser de mejor manera.

Emma Atherton ha considerado a John Westfield, el actual conde de Hardwick, como su amigo más cercano y entrañable durante años. Por eso, cuando de la noche a la mañana todo comienza a cambiar entre ellos y empiezan a experimentar desencuentros, una incómoda sensación de que algo no está bien comienza a invadirla. Por otro lado, todos asumen que su estado de ánimo se debe a la falta de concreción de su compromiso con Liam Westfield, y los comentarios al respecto están comenzando a agotarla. Además, como si eso fuera poco, su padre se encuentra cada vez más enfermo, lo que la coloca en una posición complicada. Debe casarse y hacerlo rápidamente, o lo perderá absolutamente todo.

Qué puedo decir, esta novela me ha hecho experimentar una gama tan amplia y profunda de emociones que, en las últimas páginas, me resultaba difícil continuar porque, sinceramente, no quería que terminara. Puede ser debido a mi debilidad por las historias de Friends to lovers o, quizás, a que esta novela está escrita de manera excepcional.

“;Cómo quieres que lo deje? La quiero con el alma, pero la verdad es que me dan ganas de zarandearla cuando veo la forma en que la miras y ella no se da ni cuenta. Haríais una pareja estupenda. ¡Imagínatelo!, sois igual de aburridos.
- Gracias.
- E igual de adorables.”

Después de acabar "Un perfecto desconocido", sabía que necesitaba tener entre mis manos la historia de John. Mis expectativas eran altas, y creo que aún así, "Te conozco desde siempre" ha logrado superarlas.

La relación entre Emma y John es sencillamente preciosa. Ambos son mejores amigos desde hace años, sin embargo, John ha mantenido ocultos sus verdaderos sentimientos por Emma, quien además de ser la mejor amiga de su hermana, estuvo en algún momento casi comprometida con su hermano mayor. Ahora, John tiene el título de su hermano, es el conde de Hardwick, y dentro de su interior cohabitan complejos sentimientos de culpabilidad.

Desde el inicio, uno puede percibir la intimidad que hay entre los protagonistas, quienes mantienen gran parte del libro diálogos punzantes llenos de tensión, ironía, complicidad y, al mismo tiempo, cargados de mucho anhelo. Hay un perfecto equilibrio entre romance, deseo reprimido y pasión, y eso me ha encantado.

Está de más mencionar que la novela está perfectamente escrita y que los diálogos se me han hecho hermosos. Como siempre, la autora no decepciona y mantiene el excelente nivel de la novela anterior.

Emma es una joven divertida, inteligente y perspicaz, pero al mismo tiempo, es una mujer que siempre ha hecho lo correcto y lo que se espera de ella. Me encantaron sus diálogos con Helen y John, donde era posible ver aspectos más extrovertidos de su personalidad. Y John, ¿qué puedo decir de él más allá de que me ha enamorado desde el comienzo? Sus intervenciones, la devoción que siempre muestra por Emma, lo ferviente de su anhelo y de sus sentimientos… y a su vez, la culpabilidad que trae consigo... Es un protagonista, para mí, perfecto. En especial, por contradictorio que suene, gracias a sus imperfecciones.

Me ha encantado la inclusión de los cuadernos de John dentro del relato. Siento que aportan muchísimo y me han ayudado a conectar con él de un modo mucho más profundo. Por otra parte, me ha gustado mucho la inclusión de temáticas de salud mental en la segunda parte del libro. Creo que aporta mucho en visibilizar estos temas y que la autora los trata de un modo muy adecuado (no mencionaré más para no hacer spoilers).

Esta novela se ha ganado un lugar especial en mi corazón. No solo me hizo sonreír en innumerables ocasiones y me conmovió profundamente, sino que también representa a la perfección el encanto de la transición de amigos a amantes. En definitiva, la recomiendo sin reservas, especialmente si eres aficionado a este maravilloso cliché literario.