Detalle de la opinión
4.0 1 0.5Una novela romántica histórica como las de antes
Valoración
4.0
Me ha gustado mucho. No sé si será por las ganas que tenía de una historia como las de antes, las que me engancharon a la romántica hace tantos años, pero el caso es que necesitaba cambiar de aires y dejar un poco de lado la novela romántica actual para sumergirme en un buen romance histórico de los de siempre. Qué mejor oportunidad que este nuevo título de una autora clásica que no suele fallarme casi nunca. Sea como sea, tengo que confesar que he terminado la lectura con una sonrisa en la cara y totalmente satisfecha.
Por lo que he podido averiguar, Un affaire en Stonecliffe es el primer tomo de una serie de tres (de momento), que espero, deseo y necesito que la editorial Kiwi siga traduciendo y publicándonos en español, ¡por favor! Y que no sea otra de tantas series que se nos queda a medio publicar en nuestro idioma.
Para mí, esta novela cuenta una historia la mar de entretenida que aúna romance y suspense. Si bien, el hilo conductor del argumento es la relación amorosa de los protagonistas, también tiene bastante importancia el misterio. Un misterio que me ha mantenido en vilo hasta casi el final por saber quién demonios era el personaje que intentaba acabar con la vida del hijo de Noelle.
Sencilla, romántica, con un puntito de misterio y un bonito final, no le pido más a un libro que ha cumplido con creces su cometido de entretenerme y engancharme a sus páginas desde el principio hasta la última hoja. Ha tenido alguna que otra cosilla que no me ha terminado de cuadrar, pero si hago un balance global me quedo con todo lo positivo que me ha aportado y con las ganas que me he quedado de continuar leyendo el resto de historias que componen esta serie.
La relación entre Carlisle y Noelle me ha parecido muy bonita, pausada en ocasiones, dulce en otras y con un toque de pasión, por supuesto. Aunque no es de esas novelas que destacan por sus grandes dosis de sexo, pero lo hay. Con todo, a mí me ha resultado un soplo de aire fresco encontrarme con la sencillez y la elegancia de Candace Camp a la hora de relatar este tipo de encuentros amorosos sin necesidad de ser tan, tan explícita.
Me ha encantado ver la evolución del amor entre los protagonistas, cómo poco a poco pasan del recelo, sin fiarse el uno del otro, a ganarse una sólida confianza mutua que después los llevará a descubrir que entre ambos hay algo mucho más profundo que el respeto o el cariño. Eso sí, siempre sin dejar de lado la investigación para averiguar quién quiere hacerle daño a Gil, el hijo de Noelle.
Tampoco puedo olvidarme de los personajes secundarios, cuyas apariciones aportan mucho a la trama. Lo cierto es que hay un montón, pero me quedo con Sloane y Nathan, que ya intuía que iban a tener su propia historia cada uno y ¡así es! Sobre todo, tengo unas ganas terribles de leerme la novela de Annabeth y Sloane porque promete y mucho. Muchísimo.
En resumidas cuentas, sin ser una novela extraordinaria, en mi opinión, Un affaire en Stonecliffe me ha parecido un libro ameno, tierno, romántico, con unas pinceladas de suspense y, lo más importante, me ha mantenido expectante desde el inicio sin resultarme denso en ningún momento. Es el tipo de novela que recomiendo leer a las lectoras de romántica de siempre, las que disfrutan con libros como los de Johanna Lindsey, Amanda Quick, Julia Quinn y compañía.
Por lo que he podido averiguar, Un affaire en Stonecliffe es el primer tomo de una serie de tres (de momento), que espero, deseo y necesito que la editorial Kiwi siga traduciendo y publicándonos en español, ¡por favor! Y que no sea otra de tantas series que se nos queda a medio publicar en nuestro idioma.
Para mí, esta novela cuenta una historia la mar de entretenida que aúna romance y suspense. Si bien, el hilo conductor del argumento es la relación amorosa de los protagonistas, también tiene bastante importancia el misterio. Un misterio que me ha mantenido en vilo hasta casi el final por saber quién demonios era el personaje que intentaba acabar con la vida del hijo de Noelle.
Sencilla, romántica, con un puntito de misterio y un bonito final, no le pido más a un libro que ha cumplido con creces su cometido de entretenerme y engancharme a sus páginas desde el principio hasta la última hoja. Ha tenido alguna que otra cosilla que no me ha terminado de cuadrar, pero si hago un balance global me quedo con todo lo positivo que me ha aportado y con las ganas que me he quedado de continuar leyendo el resto de historias que componen esta serie.
La relación entre Carlisle y Noelle me ha parecido muy bonita, pausada en ocasiones, dulce en otras y con un toque de pasión, por supuesto. Aunque no es de esas novelas que destacan por sus grandes dosis de sexo, pero lo hay. Con todo, a mí me ha resultado un soplo de aire fresco encontrarme con la sencillez y la elegancia de Candace Camp a la hora de relatar este tipo de encuentros amorosos sin necesidad de ser tan, tan explícita.
Me ha encantado ver la evolución del amor entre los protagonistas, cómo poco a poco pasan del recelo, sin fiarse el uno del otro, a ganarse una sólida confianza mutua que después los llevará a descubrir que entre ambos hay algo mucho más profundo que el respeto o el cariño. Eso sí, siempre sin dejar de lado la investigación para averiguar quién quiere hacerle daño a Gil, el hijo de Noelle.
Tampoco puedo olvidarme de los personajes secundarios, cuyas apariciones aportan mucho a la trama. Lo cierto es que hay un montón, pero me quedo con Sloane y Nathan, que ya intuía que iban a tener su propia historia cada uno y ¡así es! Sobre todo, tengo unas ganas terribles de leerme la novela de Annabeth y Sloane porque promete y mucho. Muchísimo.
En resumidas cuentas, sin ser una novela extraordinaria, en mi opinión, Un affaire en Stonecliffe me ha parecido un libro ameno, tierno, romántico, con unas pinceladas de suspense y, lo más importante, me ha mantenido expectante desde el inicio sin resultarme denso en ningún momento. Es el tipo de novela que recomiendo leer a las lectoras de romántica de siempre, las que disfrutan con libros como los de Johanna Lindsey, Amanda Quick, Julia Quinn y compañía.