- Romántica histórica
- Un caballero siempre es discreto
Un caballero siempre es discreto
Detalles del libro
- Romántica histórica
Libro 2 de la Serie "Romances a la luz de la luna"
La Toscana vuelve a ser el escenario de encuentros pasionales y tentaciones clandestinas.
Hace seis años, Lilibet Harewood y lord Roland Penhallow estaban enamorados, pero él se vio obligado a abandonarla sin decir una palabra. Finalmente ella cedió a las presiones familiares y se casó con lord Somerton, un hombre cruel con el que tuvo un niño. Ahora ha decidido huir con su hijo a un castillo italiano. Entretanto, ante una peliaguda situación personal, Roland también decide retirarse a la Toscana. Ninguno de los dos se imaginaba que volverían a encontrarse. Mientras ella lucha por comportarse como una dama, él intentará recuperar a la mujer a la que nunca ha dejado de amar.
Juliana Gray empezó a escribir de pequeña para vencer el aburrimiento cuando la castigaban a su habitación. Más tarde escribió novelas románticas para superar sus fracasos amorosos. Para su decepción, jamás conoció a un duque, aunque una vez compartió taxi con un futuro barón.
Opiniones de los usuarios
En esta segunda parte conocemos la historia de Lord Roland Penhallow y Lady Somerton que se conocieron y enamoraron seis años atrás pero que por desgracia no llegaron a buen puerto, ahora que se encuentran en el mismo castillo italiano forzados a convivir durante una temporada, Roland no dejará escapar la oportunidad de conseguir por fin a la mujer que lleva años amando, da igual que ella siga casada.
Lady Elizabeth, Lilibeth para los amigos, escapa con su hijo Phillip de cinco años de las garras de su marido Lord Somerton, junto con sus primas Abigail y Alexandra parten rumbo a un castillo italiano que han alquilado durante un año sin la menor sospecha de que ese mismo castillo ha sido alquilado a tres caballeros al mismo tiempo. Los caballeros son el inventor Phineas Burke, el duque de Penhallow y su hermano Lord Roland, cada uno de esos seis individuos tiene sus motivos para querer ese año de retiro italiano pero exceptuando a Lord Roland, el resto de habitantes no están nada contentos en convivir hombres y mujeres todos juntos.
El primer encuentro entre la pareja se produce en una posada sin saber aún que más tarde vivirán juntos en el castillo arrendado, en esa posada ya surgen los antiguos sentimientos que ninguno de los dos protagonistas ha conseguido desterrar de si mismos por más que lo intentaran.
Lilibeth se escapa con su hijo de un marido infiel y violento, con el que se casó seis años atrás cuando pensaba que Lord Roland se había olvidado de ella, durante esos años intentó ser feliz en su matrimonio mientras escuchaba todas las correrías, escándalos y juergas de Roland y ahora que está huyendo de su marido no está dispuesta a dejarse enredar por el supuesto amor de Roland que ya la decepcionó en su momento.
Por su parte Roland no quiere dejar escapar la oportunidad de recuperar a Lilibet, no puede explicarle porque seis años atrás tuvo que ausentarse durante unos meses , unos pocos meses que sirvieron para prometer a Lilibet con otro hombre para consternación y dolor de Rolan que nunca ha amado a nadie más que a Lilibet. Tanto esos meses ausentes como su fama de libertino y juerguista se deben a su trabajo encubierto del que no puede dar explicaciones y que también lo lleva hasta Italia, pero sus supuestos escándalos no hacen que ella esté muy dispuesta a darle una oportunidad y menos si no puede explicarle, pero Roland es tenaz y no piensa dejar que se le vuelva a escapar, quiere formar una familia con ella y el pequeño Phillip y no dejará de intentarlo aún cuando todo se complica al mezclar su misterioso trabajo con su amada y su marido.
La historia en si se deja leer, más o menos, porque a mi me costó un poco, primero porque la historia en sí, no me convence , segundo porque sus protagonistas me convencen menos, sobre todo Lilibet, un personaje con el que no he conseguido simpatizar y muy diferente a lo que parecía en el primer libro, y tercero por los continuos puntos suspensivos y frases sin terminar que llenan toda la historia, llegó un punto en que me irritaba seguir leyendo porque en todos los diálogos habían frases con puntos suspensivos o palabras en el aire. Tampoco me ha parecido que tenga muchos momentos simpáticos, no tantos como el primero al menos , y lo único bueno es que salen el duque y Abigail a los que si tengo ganas de leer.