Cuando he terminado de leer esta novela, con la sonrisa en la cara y tan buena sensación que me ha dejado, he intentado recordar por qué no había vuelto a leer a esta autora, cuando la leí hace tiempo y me encantó tanto.

Sí, esta nueva novela me ha recordado que me tengo que poner al día con ella, porque una experiencia magnífica volver a leerla.

Shophie Talbot pertenece a una familia un tanto... estrambótica. Es la menor de sus hermanas.

Sophie y su familia residen en Londres, dentro la alta y estricta sociedad inglesa. El problema es que no han sido aceptadas como uno de ellos, ya que su padre ha conseguido el título nobiliario y su riqueza después de trabajar mucho con sus minas. Así que, por si esto no fuera suficiente pata estar siempre en el punto de mira, sus hermanas y su madre aprovechan la menor ocasión para crear algún escándalo y que todo el mundo hable de ellas... más.

Y todo para pescar a maridos con títulos y posiciones superiores... todas parecen disfrutar con esa vida, todas menos Sophie. Ella es diferente, es especial, quizás no sea la más hermosa, ni la más divertida, pero es la más cabal, y evita a toda costa los escándalos... O lo hacía, hasta que en una fiesta de esas que odia y harta de toda esa gente estirada, sucede algo que la hace explotar creando un escándalo superior a cualquiera hecho por su familia hasta el momento. Algo irreparable y muy, muy escandaloso. Por lo que Sophie decide marcharse lejos de esas normas sociales y miradas despectivas que tanto odia.

El problema es que al parecer su única ayuda posible en ese momento es cierto marqués, con cierta fama de canalla, al que encuentra en un situación algo embarazosa....

El marqués de Eversley ve como su vida es puesta patas arriba después de descubrir a un polizón en su carruaje. Un polizón al que horas antes le ha negado su ayuda y que ella ha decidido ignorar...

Dispuesto a llevar sus planes tal como tenía planeado, hace todo lo posible por conseguirlo, pero parece ser que su camino y el de esa peligrosa Talbot están predestinados, dando al traste con todo.

He disfrutado tanto de esta novela que me han dado ganas de comprar automáticamente todo lo que no he leído de la autora y hacerlo de inmediato. Su forma de escribir me ha encandilado por segunda vez, transmitiéndome todas las emociones posibles mientras leía la historia de King y Sophie.

Una historia que tiene todos los ingredientes para que todas las amantes de la romántica histórica la adoremos.

Porque es una novela que hace reír por sus dosis de humor. Que emociona por tantos sentimientos que contiene. Que hace suspirar por esas escenas tan sensuales, cargadas de pasión y amor. Que hace sonreír por ver como dos personas que empiezan odiándose, van compenetrándose hasta hacerlos comprender que son almas gemelas. Que hace soltar alguna lágrima en momentos tan especiales y contenidos (al menos a mí me ha pasado). Que hace admirar a sus personajes por ser tan perfectamente imperfectos... Porque para mi gusto tiene todo lo que una novela de este tipo debe tener.

Así que como habréis notado, me ha encantado.

La ambientación me ha sorprendido, ya que transcurre en pocos días y la mayoría lo pasan viajando en un carruaje, y sin embargo no se me ha hecho extraño, ni pesado. Me ha parecido interesante.

Los giros de la historia están muy bien llevados, manteniendo las ganas de seguir leyendo.

En general es una lectura que se me ha hecho amena y la cual no olvidaré fácilmente. Por su originalidad entre otras cosas. Pero sobre todo por sus protagonistas; Kong y Sophia, que me han ganado el corazón.

Intentaré leer las demás publicaciones de la autora hasta que siga publicando esta serie. Ya que El canalla que no lo era es el primero de una serie.

No me queda más que recomendarla mucho. Para mí es una novela excelente.