Tenía muchas ganas de volver a leer a Adriana Rubens en histórica, así que después de un tiempo sin leer nada de ella por falta de tiempo y miles de lecturas pendientes, que mejor manera que retomarla con un romance así.

Un canalla salvaje da el pistoletazo de salida a lo que preveo, será una gran serie de romance histórico. De momento la primera novela es una auténtica delicia para los sentidos.

La autora nos lleva desde la América profunda del siglo XIX y a los salones de bailes más selectos de Londres.
De la mano de Gideon Tanner viviremos una gran aventura y el nacimiento de el club de los canallas. Unos chicos que se conocen en unas circunstancias peculiares que los hará unirse y que sus vidas no sean las mismas.

En medio de este cambio de vida, los caminos de Gideon y Emmeline Bray se cruzan de la manera más inesperada, haciéndoles conocer las mieles del primer amor, pero también lo amargo de ser prohibido.

Viviremos una gran aventura con ellos, y es que su historia es bonita y triste a la vez, muy real y absolutamente imposible de olvidar.


Como decía al principio, volver a leer a esta autora en este subgénero del romance ha sido un auténtico regalo
Su primera novela publicada de romance fue precisamente de este subgénero y desde entonces se ganó mi más absoluta admiración.
Intento no perderme nada de ella, ya que me encanta todo lo que escribe, sea del subgénero que sea, y tengo pendiente su última serie de contemporánea, pero en cuanto supe que volvía al histórico después de un tiempo, no pude resistirme y fue el momento de retomarla.

La historia de amor de esta novela tiene el sello inconfundible de la autora. Tiene ese don para enganchar a la trama y no soltarte. Yo me encontré devorando la novela sin poder parar hasta que la terminé a altas horas de la madrugada, pero es que Gideon y Emmeline comparten una historia tan intensa que es imposible dejarlos a medias.

Los personajes de esta novela, tanto protagonistas como secundarios, me han parecido muy acertados, interesantes y absolutamente necesarios y todos, en mayor o menos medida me han hecho sentir muchas emociones.
Por supuesto Gideon y Emmeline llevan todo el peso de la historia y ambos me han robado el corazón por un motivo u otro, pero la historia sin los secundarios no sería lo que es, y estoy deseando saber más sobre alguno de ellos.

La ambientación me parece impecable como es habitual en la autora, que sin caer en detalles innecesarios o pesados, es capaz de hacerme ver, sentir y vivir en cada momento y lugar.
La manera en que la autora enlaza de forma magistral, en una misma historia lugares y momentos en la historia tan diferentes entre sí, con sus costumbres y forma de vida, me ha fascinado y me ha parecido superinteresante.


No puedo contar más de su historia pues merece la pena ser leída y saboreada por uno mismo, pero si os puedo decir que no dejará indiferente a nadie.
Es una historia que tiene un poco de todo; el drama, humor, pasión, amor... Tiene todos los ingredientes en la dosis perfecta para hacer de la novela una absoluta maravilla.

No me queda más que recomendar encarecidamente esta novela y esperar con impaciencia la siguiente novela de la serie.
Una serie que intuyo va a dar que hablar y vamos a disfrutar mucho.
Enhorabuena, Adriana.