Después de haber vivido con su tía Francesca largos años en Venecia, Emma Bright debe volver a su Inglaterra natal reclamada por su padre que planea casarla con un viejo duque. Alertada de los oscuros manejos de su padre, quien nunca la quiso y solo se interesó por ella cuando podía hacer de su boda una actividad lucrativa, Emma decide afearse por medio de un disfraz para lograr que su supuesto prometido la rechace. Su institutriz, Kate, una actriz retirada, le enseñó las artes de la caracterización y el vestido para componer un personaje, técnicas que Emma aprendió a dominar a la perfección. Podía transformarse en quien se propusiera en cuestión de minutos.

Luego de encontrarse con su padre en Londres, y de los malos tratos recibidos, porque, gracias a su caracterización, es el Duque quien finalmente la rechaza; los planes de su padre se ven echados por la borda y Emma decide escapar, para no poder ser hallada y obligada a llevar una vida que no desea.

En medio de su huida, encuentra a una joven institutriz en apuros y decide ayudarla. Para eso la envía a Italia con su tía y Emma toma su lugar y su trabajo en Cravencross Park, la residencia del marqués de Stamford. Se presenta con una apariencia deslucida, para evitar que los hombres se fijen en ella. Allí conoce a Lucien, el díscolo hermano del Marqués, de quien se enamora perdidamente. Pero él la rechaza, porque sus modales desfachatados no son los que se consideran apropiados para educar a la familia de un marqués. Sin embargo, su audacia lo cautiva y no puede dejar de pensar en ella más allá de su apariencia.

Pero el disfraz cae. Y Lucien ya no es capaz de mentirse a sí mismo. ¿Podrá vencer sus prejuicios y aceptar a Emma tal cual es?

Una vez leído el argumento, el desarollo de la trama parece demasiado previsible, una especie de remake de "Betty la fea" en versión victoriana vamos, pues he de decir que aunque todo eso es bastante cierto no por ello resulta menos atractivo el resultado.

No conocía a esta autora, que por cierto es española y la verdad es que para ser su primera novela se merece a mi parecer un notable alto.

El libro tiene un ritmo ágil, los personajes son amenos, divertidos y se hacen querer; por un lado esta Emma que resulta una jovencita un tanto atípica para la época, claro que se crió con una tía y esta residía en Italia lo que hace más creíble el temperamento fogoso y volcánico de la prota, la verdad es que nos obsequia con momentos hilarantes como su llegada a la casa solariega donde reside el Marqués de Stanford (de cuyos hijos va a ejercer de institutriz) y en la que se encuentra también temporalmente su hermano Lucien que está allí ayudando mientras dura la convalecencia del marqués, me imagino en la época la llegada a las 12 de la noche y hecha un esperpento muy a su pesar, hay que decir que tiene cierta tendencia a sufrir accidentes varios, Lucien por su parte es pelin estirado, cínico y más bien desconfiado y el primer encuentro lo deja literalmente patidifuso. Desde que se conocen saltan chispas, la caracterización de Emma, verruga incluida, es fuente de pensamientos poco caritativos por parte de Lucien; los niños son adorables y huelga decir que conectan con tan atípica institutriz desde el primer momento creando momentos entrañables.

Otros personajes como Sarah o su tía enriquecen la trama tejiendo historias paralelas y no menos interesantes que la de la pista central, por decirlo de alguna manera, el amor de Sarah hacía el hermano de Lucien, que no se entera de nada, parece condenado al fracaso ya que el se empeña en presentarla en sociedad para buscarle una pareja adecuada y ella no es capaz de hacerle frente, claro que para eso está nuestra intrépida institutriz, jajajaj, entre ambas surge poco a poco una bonita amistad. También es cierto que hay situaciones un poco exageradas y rocambolescas, pero dado el poder que ejercían los hombres en esa época sobre las mujeres, más concretamente hijas, tampoco resulta demasiado el caso. Resumiendo, fácil lectura y entretenimiento sin estridencias, yo le daria un notable.