Debo partir diciendo que lo disfruté muchísimo, incluso más que el primero de la saga, que si bien me gustó, no logró cautivarme del todo.

El libro comienza cuando Edward Rockesby despierta sin recordar lo que ha pasado, luego de varios días inconsciente y está junto a Cecilia Harcourt, la hermana menor de Thomas, su amigo que ahora se encuentra desaparecido. Extrañamente, esta le informa que se han casado, algo que él no recuerda. De hecho, nunca la había visto antes en persona y solo se había relacionado con ella a través de las cartas que esta le escribía a Thomas.

Si bien le extraña la situación, su atracción instantánea por Cecilia no lo lleva a cuestionarse la situación y su sentido del honor, así como la atracción que siente por ella desde el inicio, lo llevan a querer protegerla a toda costa.

La trama es envolvente, tiene una ambientación que aporta mucho a la historia, y el característico estilo de Julia Quinn, lleno de diálogos ingeniosos y chispeantes.

Cecilia me ha encantado; es una mujer fuerte, resiliente, que hace lo necesario para sobrevivir a sus circunstancias, y Edward es todo lo que está bien ♥. Amo su carácter, su manera de expresarse, la forma en que se entrega y está dispuesto a todo por ella desde el principio... y ambos son perfectos juntos. Su romance me ha parecido muy bonito y me encantó la inclusión de las cartas, la conexión que tenían y el ritmo con el que se va desarrollando su historia y el romance.

En síntesis, es una novela que siento que tiene todo lo necesario para disfrutar de un buen rato de lectura... tiene romance, intriga, personajes que amarás, momentos picantes y todo lo que uno busca en una novela de este género. Se convirtió en un libro que amé desde el inicio y lo recomiendo mucho.