Último libro en la serie "Los Lores perdidos"

James Kirland y Laurel Herber se conocieron cuando apenas llegaban a los veinte años, ya que James era amigo y compañero de estudios del hermano de Laurel. Cuando este pasó unos días en la casa familiar y vio a la joven tocando el piano quedó totalmente prendado de ella. Se casaron poco después con total consentimiento familiar. Total ¿dónde iba a encontrar Laurel otro duque?. Pero una noche, tras la luna de miel, ella vio una faceta de James que no conocía y que hacía imposible que siguieran juntos. Su familia no lo entendió que abandonara a su marido y desde entonces, solo pudo contar con el apoyo de su hermano Daniel.
Durante diez años los dos fueron todo el uno para el otro. Daniel se hizo médico y ella le ayudó como enfermera, administradora... Era una mujer independiente y se sentía libre, hasta que un día un hombre herido llegó a su puerta, era Kirland. Le curó, pero la fiebre y el delirio hicieron que él pensara que todo era un sueño muy real. La pasión hizo el resto y aquello les volvió a unir de nuevo.
Ahora tenían que volver a conocerse, ver cuánto habían cambiado, saber si podrían salir adelante.

Mary Jo Putney es una de mis escritoras favoritas y sus historias de segundas oportunidades más. Esta es una de esas.
Aquí nos encontramos con dos personas que se amaron y tomaron decisiones demasiado jóvenes. Se dejaron llevar sin medir las consecuencias, eso no significa que sus sentimientos fueran mentira, solo que eran inmaduros. La escritora sabe reflejar muy bien el conflicto de ambos personajes. No se dejan llevar por lamentos o por traiciones.
No se trata de una novela de celos, o de malos entendidos. Es una historia de conocimiento personal, de madurez, de confianza en el otro y de aceptación. Lauren y James han se aprender a quererse pese a aquello que creen que les puede separar.
Pero si hay algo que me ha gustado de la novela es la admiración del personaje masculino hacia el femenino. Va más allá de la atracción física, de la belleza o la delicadeza, como ocurre en otras novelas. Aquí en este segundo encuentro, vemos una admiración hacia los méritos conseguidos. James admira, a la vez que teme, todo aquello que ha conseguido Laurel en esto diez años de separación. Cuando la conoció vio algo que le llamó la atención y todo lo que la rodea ahora lo confirma, es por eso que no la buscó cuando la dejó. James sabe lo que él representa y es Laurel quien tiene que aceptarle tal y como es.
Mary Jo Putey ha sabido crear dos personajes maduros y bien construidos, los ha alejado de otro tipo de tramas y conflictos creando así, una historia interesante y muy bien narrada. Tanto Laurel con sus dudas y sus convicciones, como James con su pasado y su personalidad, son dos caracteres llamativos que me han gustado mucho.
Es una novela muy entretenida, en la que además contamos con una pequeña participación de los demás protagonistas de la serie dando un toque de humor. Sin olvidar, por supuesto, la aventura y acción en dosis justas que tanto le gusta a la autora.

Para las seguidoras de la serie y de la autora es una lectura recomendable al cien por cien, aunque leer a Mary Jo Putney siempre es agradable. Solo le pondría un pero, la traducción, que algunas veces (sobre todo al principio) me ha dado algún que otro susto, pero aun así merece la pena.

Mi valoración es Muy Buena