Detalle de la opinión

3.8 2 0.5
Nuevo
el_rey_jrw
Romántica paranormal 5
Larga vida al Rey
Valoración
 
4.0
12º La Hermandad de la daga negra

Durante siglos Wrath, hijo de Wrath, el rey de la raza vampiro, se ha mantenido apartado del trono. Sólo cuando Beth apareció en su vida, el último vampiro puro decidió ocupar su lugar como líder de la raza para gobernarla y salvaguardarla. No obstante, primero a causa de abandonar la lucha en las calles, después a causa de su ceguera, una pesada carga ha caído sobre los anchos hombros del vampiro, cuyo día a día transcurre en un despacho, sentado ante el escritorio y en el asiento que, antes que él, ocupara su padre.

Mas lo cierto es Wrath se siente encerrado. Hastiado. Mientras la guerra contra la sociedad de los restrictores y la amenaza de la Banda de los Bastardos amenazan con derrocar su reinado, el destino podría poner en riesgo aún más todo lo que ama.

Cuando Beth descubrió su naturaleza mestiza y se convirtió en la reina y compañera de Wrath imaginó que su vida daría un vuelco repentino, mas no imaginaba cuánto. Han transcurrido dos años desde que abandonara su trabajo en el periódico de Caldwell y su vida como humana. En ese periodo no ha extrañado demasiado su anterior vida, después de todo era una mujer solitaria, sin vínculos ni familia. Y algunos de sus amigos y conocidos como Butch forman parte de la que es su nueva vida.

Sin embargo, ser la pareja del rey vampiro resulta ser más duro de lo que imaginaba. Cada noche que acontece Wrath está más distante, retraído en su papel de líder, responsable de toda una raza, que ahora trata de arrebatarle su legado, y de todos cuantos viven bajo ese techo.
Es entonces cuando Beth comienza a anhelar algo... un hijo. Sin embargo, tal vez, Wrath no esté preparado; tal vez no sea el mejor momento. Lo que no suponía era que su compañero de por vida iba a ser tan renuente a ello, ni que estaba tan torturado por un legado que ve como una maldición.

He necesitado unos días para dejar "reposar" la lectura antes de embarcarme en la complicada tarea de hacer una crítica o reseña de esta novela. Pero aún sigo con los sentimientos a flor de piel.
Con sinceridad no me parece la mejor novela de la saga, pero, pese a que he notado en falta esa magia indescriptible que me embargaba con los inicios de La Hermandad, me ha fascinado. La segunda parte o continuación de la historia de Wrath y Beth ha resultado preciosa y conmovedora.

Pero no por ello quiero que mi debilidad por esta saga obnubile la objetividad que trato, aun tratándose de una opinión subjetiva, de transmitir.

Comenté en su día que Amante al fin, el libro anterior a éste, pese a no considerarlo un mal libro no me había calado como esperaba. Y lo cierto es que me decepcionó un poco. Principalmente porque, en mi modesta opinión, confluyen demasiadas subtramas en un mismo libro, lo que desencadena que se desenfoque el que debería ser el eje del mismo.
Esto también ha sucedido en El rey. Es decir hay varias subtramas junto a la principal, la de Wrath y Beth. Pero en esta ocasión tienen menos peso y no eclipsan, en absoluto, la que es el pilar del libro.
Al contrario, ésta brilla con luz propia.

Desde la página uno quedé absorta en la lectura. El inicio es como un imán que te atrapa, pues nos relata la historia de Wrath y Anha, los padres del actual líder vampiro, Wrath. Narra cómo se conocieron, la ceremonia que los unió y los que fueron los prolegómenos de la traición que sufrirían años más tarde. Fue, en cierto modo, el nacimiento de la Hermandad y, paralelamente, describe acontecimientos similares en la época actual, entre Wrath y Beth.

Ha llegado el momento en que, tras muchos libros en las sombras, Wrath se convierte, nuevamente, en el foco de todas las miradas. El rey vampiro parece haber asumido su papel como líder de la raza, pero, en su fuero interno, no es feliz. Nota en falta la emoción de las peleas callejeras, pero ni puede poner en peligro su vida ni su ceguera le permite luchar junto al resto de guerreros.
Al mismo tiempo no es consciente de que Beth le oculta algo, pero cuando finalmente lo descubre, el suelo se abre bajo sus pies. Su shellan ansía ser madre y él está dispuesto a darle todo... todo menos eso. El peligro que el alumbramiento supone para las hembras vampiro es uno de los motivos, la maldición del legado que heredaría su hijo o hija es otro.

Éste es el eje del libro, una historia que a diferencia de la última habla ante todo de sentimientos, miedos, anhelos y sacrificios. Es una historia que nos envuelve con retazos de la Edad Media y la vida de los anteriores reyes, a la vez que otras historias secundarias -esta vez sí son secundarias- acontecen.

La trama secundaria que más me ha llegado al corazón, pese a que está muy mimetizada con la principal, es la gira en torno a la relación de John Matthews y Beth. Algo sucede que nos permite ver el vínculo entre ellos bajo otro prisma y, también, que nos deja con el corazón en un puño, esperando que suceda algo que creo muchas lectoras llevamos esperando.

La de Xcor y Layla no es ni mucho menos una historia acabada, ni un episodio esporádico que los unió. De hecho tengo que confesar que poco a poco este personaje, Xcor, me está intrigando más. Iliterato, inculto y zafio, de aspecto un tanto grotesco, ha caído rendido ante la Elegida que se encuentra en el bando opuesto y que, por ello, le ofrece un trato. Un trato que hay que leer para descubrir.

Por otra parte tenemos a Trez i iAm que se han convertido en parte del entorno de la Hermandad, de hecho iAm llega a ser casi un guardaespaldas de Beth, mientras Trez sigue en una vorágine destructiva que lo va engullendo cada vez más. Hasta que quiere reaccionar a causa de la Elegida Selena. Sólo que, tal vez, ya sea demasiado tarde...

Y, por otra parte, está la historia de Assail y Sola que, de todas, es la que menos me ha atrapado. Tal vez porque no hay un nexo tan directo con la Hermandad, tal vez porque aún es apenas un esbozo. Pero quién sabe qué sucederá. El final del libro me ha dejado en ascuas.

Y, evidentemente, prosiguen las maquinaciones de la glymera en colaboración con la Banda de los Bastardos por derrocar a Wrath y ocupar el trono. En esta ocasión las páginas dedicadas son menores, dando más protagonismo a la relación de Wrath y Beth.

Con la mano en el corazón reconozco que no me parece la mejor novela de La Hermandad, insisto, así como reconozco que los diálogos no me parecen tan irónicos ni divertidos como antaño. Tal vez se deba a que a la vez que J.R. Ward escribe esta saga prosigue con la de Los ángeles caídos y eso repercuta en la escritura. No lo se. Tal vez sea que, pese a que me ha encantado el libro, la saga se alarga y alarga, lo que me parece un riesgo innecesario. Pero como fuere, El rey me ha conmovido, divertido -hay puntos de humor muy buenos- y mantenido en vilo de principio a fin. Con lo que a pesar de mi reticencia, que puede que sea compartida por muchas lectoras, admito que me ha parecido una historia preciosa y muy romántica.

"Larga vida al Rey".
Es útil la opinión? 0 0