Hoy vengo con una autora de las clásicas de novela romántica, Johanna Lindsey, a la que ya no leía desde hace tiempo. En esta historia nos vamos a encontrar magia, aventura, guerreros vikingos, viajes en el tiempo y mucho amor.

Rosleen Withe es una profesora de historia en la universidad obsesionada con la Edad Media y sobre todo con las armas de esta época. Gracias a la ayuda de su hermano se hace con una magnífica espada vikinga que está maldita. Pero Rosleen no lo sabe, y cual no será su sorpresa que la primera vez que empuña la espada aparece un magnífico vikingo, Thorn Bloodrinker obligado a satisfacerla en todo lo que desee.

El atractivo sexual de Thorn hace que nazca en Rosleen un deseo que no había experimentado antes y acabe sucumbiendo ante él. Por otro lado, su obsesión por el medievo hace que obligue a Thorn a que la lleve a conocer esa época. Ambos realizarán un viaje al pasado en el cual tendrán que intentar no cambiar la historia.

Rosleen es una mujer inteligente, independiente y ligada a su trabajo por el cual ha dejado el amor a un lado. Y también muy atractiva, aunque se empeña en esconderse tras unas gafas y unas ropas que la hacen parecer de lo más seria. Y no es que haya renunciado al amor, sino que todavía no ha encontrado el hombre adecuado, de esta forma se entrega a su otra pasión, que es la historia. Todo esto cambiará cuando aparezca Thorn en su vida. Él hace que se desaten en ella todos esos sentimientos reprimidos en su interior, convirtiéndola en una mujer de lo más sensual.

Thorn, un imponente guerrero vikingo, semidios entre otras cosas, está sujeto a una maldición que en su momento le echó una bruja. Cada vez que una mujer empuña la espada, en este caso Roseleen, debe trasladarse desde el Valhalla, y convertirse en su esclavo. Thorn, como buen vikingo, tiene una apariencia fiera y salvaje, con un carácter muy arisco. Y como hombre del siglo XI, pues muestra en muchas ocasiones el lado machista propio de esa época, como se puede observar en algunos de sus comentarios: «Antes de que puedas convertirte en una buena esposa, tengo que domarte un poco...». Sin embargo, esa forma de actuar tan brusca se irá dulcificando a medida que conozca a Rosleen, pues enseguida se da cuenta que no tiene que ver nada con las demás mujeres que ha conocido.

Durante la historia se suceden momentos muy divertidos, como cuando Thorn se encuentra en el siglo XX, y se asombra de los adelantos de esta época, y momentos muy sensuales entre los protagonistas, muy en el estilo de Johanna Lindsey.

Me aparece también muy lograda la ambientación que hace de la época a la que viajan Rosleen y Thorn, a la Inglaterra del siglo XI, concretamente en el momento en que el país es conquistado por los normandos, un periodo de la historia que Rosleen está ansiosa por conocer. Aparte de las descripciones de los lugares, la autora también nos habla de la forma de actuar de las gentes de ese siglo, de cómo era considerada una mujer por parte de los hombres, dándonos a conocer ese modo de ser tan machista de la época.

Sorprende un poco el final, que puede quedar abierto a más de una interpretación, y que puede dejar un poco perplejo cuando se lee; además de que me parece un poco precipitado.

En general, la historia es buena y la lectura muy amena, pero en muchas ocasiones se queda algo floja, no consiguió llegarme hasta el fondo, como me sucede con otras novelas de la autora. De todas formas, considero que es una buena lectura para pasar un rato entretenido.